Esta ha sido una mala semana para Transmilenio. Vengo a poner mi granito de arena.
No soy el mayor fan del sistema, así que cuando mi jefe me dijo que hiciera un artículo crítico sobre Transmilenio, me dio en la vena del gusto (trabajo en una revista de diseño y arquitectura, así que ese es el enfoque del artículo). Aquí un extracto:
La señalización al interior de las estaciones es implícitamente discriminatoria. Por ejemplo, en las entradas se encuentran las conocidas convenciones de color e íconos, pero no hay señalización en braille para los invidentes, quienes probablemente deben recurrir a otros mecanismos, como el de preguntarle al dependiente que se encuentre más cerca.
De la misma forma, parece que la señalización estuviera pensada en función de quienes trabajan con el sistema de manera sistemática, especialmente los operarios, seguidos de los usuarios rutinarios; esto la hace particularmente hostil frente a los que son usuarios del sistema por primera vez y los esporádicos.
En el artículo completo contiene críticas constructivas sobre la señalización, los mapas, el logotipo, la arquitectura, urbanismo y los biarticulados. Por supuesto, todo esto es con la idea de que el sistema mejore. Los invito a leerlo.
Agradezco de todo corazón a los expertos que muy amablemente sacaron de su tiempo y me colaboraron con sus conocimientos y sabiduría: José Fernando Machado, Néstor Munar y Óscar Guerrero. Realmente, el crédito es de ellos casi por completo.
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