Hace unos meses, conocimos la tragedia de Sergio Urrego, un joven ateo y homosexual que fue discriminado y matoneado por las directivas de su colegio, hasta que lo llevaron al límite de quitarse la vida.
Pues parece que se va a hacer justicia:
La Fiscalía anunció que imputará cargos a la rectora del colegio Gimnasio Castillo Campestre, Amanda Azucena Castillo, a la psicóloga de esa institución, Ivón Andrea Cheque Acosta, y al profesor, Mauricio Ospina, por los delitos de actos de discriminación, inducción o ayuda al suicidio y falsa denuncia contra persona determinada por los hechos que llevaron a la muerte del estudiante Sergio Urrego.
El ente acusador llamó a interrogatorio a estas tres personas el pasado jueves con el fin de escucharlos y establecer su responsabilidad en el suicidio del estudiante Sergio Urrego.
El Tribunal Administrativo de Cundinamarca determinó que Sergio sí fue discriminado por la rectora Castillo, una señora que no debería estar al frente de una institución encargada de la formación de niños y adolescentes.
Sergio estuvo entre los 10 mejores puntajes del Icfes y su revisar su perfil de Ask es asistir a una gran muestra de humanismo y pensamiento crítico.
Con motivo de su suicidio se empezó la revisión de los manuales de convivencia de los colegios, infectados con su retórica cristiano-normativa, y todo parece indicar que los presuntos responsables responderán ante la justicia — frente a la imposibilidad de devolver a Sergio su prometedora vida, tendremos que conformarnos con este consuelo que, ciertamente, es preferible a la impunidad.
(Imagen: Unión Libertaria Estudiantil)
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