En octubre, la ONU nombró Embajadora Honoraria a la Mujer Maravilla, para que promoviera mensajes de empoderamiento de la mujer y contra la violencia de género.
La decisión no le hizo mucha gracia a los mojigatos intolerantes, que inmediatamente empezaron una petición online para que la princesa Diana fuera removida del cargo porque, al parecer, juzgar a las mujeres por su físico y su apariencia está mal... a no ser que lo hagan ellos. Y como la heroína es sexy y anda ligera de ropa, estas criaturas se rasgaron las vestiduras por ese pseudoproblema del primer mundo llamado objetificación, y su pataleta surtió efecto.
Tras más de 45.000 firmas, la ONU anunció que la Mujer Maravilla estará en el cargo hasta este viernes, según ellos porque "los personajes honoríficos duran poco tiempo". ¡Qué coincidencia!
Desde sus inicios, la Mujer Maravilla ha sido un símbolo de empoderamiento femenino, pero debemos entender que si una mujer (real o ficticia) lucha por la igualdad y la justicia tiene que ser estéticamente horrible porque, si no, su lucha no vale; no sea que las niñas sean brutas y no comprendan el mensaje por estar obsesionadas con su físico. O algo así.
Martín —que sí sabe de cómics— hace un comentario más profundo y matizado; así que recomiendo leer su post.
El caso tampoco debería sorprendernos mucho: no es la primera vez que la ONU asume posturas mojigatas, ni el primer asedio posmoderno al mundo del cómic. Seguramente, tampoco será la última vez que ocurra.
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Publicado en De Avanzada por David Osorio
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