Desde hace años sabemos que el virus del papiloma humano (VPH) causa cáncer de cuello uterino — desde entonces se han desarrollado un par de vacunas para prevenir el VPH. Las vacunas, sin embargo, han sido objeto de una campaña de desprestigio por una alianza entre sectores religiosos (que creen que el cáncer de cuello uterino debe ser un riesgo legítimo para las mujeres que se atreven a perder la virginidad), feministas tercera-ola (!) y el movimiento antivacunas.
A pesar de sus esfuerzos, la evidencia ha sido meridianamente clara: la vacuna funciona, tiene muchos beneficios secundarios, es segura y previene que se contraiga el virus y, por la misma razón, previene el desarrollo de cáncer de cuello uterino.
Pues se acaba de publicar una revisión sistemática de la Colaboración Cochrane que, básicamente, encontró por n-ésima vez que la vacuna funciona y es segura: