Este semestre vi el módulo de Periodismo Científico, dictado por Lisbeth Fog Corradine, la mejor periodista científica del país (eso no fue muy objetivo, ¿cierto?).
El trabajo -sobre Ciencia y homeopatía- que hice para su materia, partía de la base de que la difusión científica en el país está en una lamentable precaria condición.
Hoy traigo un ejemplo de esto, que infortunadamente para ella, me da la razón.
Ayer -Miércoles 06 de Abril-, el Centro Internacional de Física (CIF) hizo el lanzamiento del último libro de Lisbeth: Libertad para pensar y actuar. 1985 - 2010.
Lamentablemente yo no pude asistir al evento, pues tenía un compromiso previo inaplazable. Sin embargo hoy ella me prestó un ejemplar del libro durante unos instantes. Se ve que el libro promete.
Al llegar a mi casa busqué información sobre el libro en Internet y en la página del CIF pero no encontré nada. Ni una imagen (las que acompañan este post son de mi archivo personal, que, previendo que no habría nada en Internet, aproveché para sacar cuando Lisbeth me prestó su más nueva obra).
La divulgación científica del país deja mucho que desear. Considero que Lisbeth sienta un ejemplo a seguir para que eso empiece a cambiar y aplaudo que su entusiasmo no se merme por las circunstancias ya mencionadas.
Una última inquietud: ¿por qué no encontré nada en el website del Centro? Fácil: ¡¡no lo actualizan desde el año 2007!!
El trabajo -sobre Ciencia y homeopatía- que hice para su materia, partía de la base de que la difusión científica en el país está en una lamentable precaria condición.
Hoy traigo un ejemplo de esto, que infortunadamente para ella, me da la razón.
Ayer -Miércoles 06 de Abril-, el Centro Internacional de Física (CIF) hizo el lanzamiento del último libro de Lisbeth: Libertad para pensar y actuar. 1985 - 2010.
Lamentablemente yo no pude asistir al evento, pues tenía un compromiso previo inaplazable. Sin embargo hoy ella me prestó un ejemplar del libro durante unos instantes. Se ve que el libro promete.
Al llegar a mi casa busqué información sobre el libro en Internet y en la página del CIF pero no encontré nada. Ni una imagen (las que acompañan este post son de mi archivo personal, que, previendo que no habría nada en Internet, aproveché para sacar cuando Lisbeth me prestó su más nueva obra).
La divulgación científica del país deja mucho que desear. Considero que Lisbeth sienta un ejemplo a seguir para que eso empiece a cambiar y aplaudo que su entusiasmo no se merme por las circunstancias ya mencionadas.
Una última inquietud: ¿por qué no encontré nada en el website del Centro? Fácil: ¡¡no lo actualizan desde el año 2007!!
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