A veces, lo que más me sorprende encontrar es abogados enemigos de los derechos. Por supuesto, con el paso del tiempo he formulado la hipótesis de que se hicieron abogados para darle un barniz intelectual a sus prejuicios y poder legitimar su intolerancia desde el punto de vista legal.
Tal parece ser el caso de un tal Joaquín Torres.
El tipo quiere instaurar una acción popular para prohibir el reggaetón:
La canción Cripy Cripy, del paisa Shako, quien interpreta el tema en colaboración de los artistas colombianos Yandar y Yostin es el motivo por el que el abogado Joaquín Torres decidió instaurar una acción popular para prohibir el reggaettón en el país.
A ver si entiendo: una canción le parece suficiente para prohibir todo un género musical. ¿Toda una expresión musical y cultural a la lista prohibida por una sola canción? Empezamos muy mal. Es como prohibir un deporte porque un fan de un equipo hace una locura.
Según le explicó el abogado a RCN Radio, la letra de la canción incita de manera directa a los jóvenes a consumir sustancias psicoactivas.
¿Y qué? Los seres humanos tenemos cerebros capacitados para la recepción crítica. Además existe esta cuestión llamada libertad de expresión. Uno puede decir lo que quiera, tan duro, alto y las veces que se le dé la gana.
Para Torres resulta contradictorio e "insólito" que mientras se promueve un acto legislativo con el que se pretende prohibir el porte y dosis mínima, por el otro lado los jóvenes están expuestos a canciones en la que de forma abierta se estimula el consumo de estupefacientes.
¿Expuestos a canciones? ¿Y es que los jóvenes somos tan fácilmente manipulables como para hacer al pie de la letra lo que dice un trozo de canción? Encuentro francamente ofensivo el uso que este tipo le da a su cerebro -y que supone por extensión, que los demás le damos el mismo uso-.
Yo he defendido y sigo defendiendo la legalización de la droga y no me molesta que existan consumidores -aún si es ilegal-. ¿Va este señor a pedir que se prohíban los blogs, entonces? ¿Y qué tal si también prohíben las revistas? Pues Antonio Caballero ha sido un férreo defensor de la legalización de las drogas desde sus columnas de opinión.
"Me interesa es que el Gobierno Nacional fije una posición clara o permita el consumo de estupefacientes de manera "frentera" y se reconozca esto, o el Gobierno fije una posición sincera en la cual con actos, evite la estimulación al consumo de la droga", agregó el jurista.
A ver: el gobierno NO es el que hace las canciones. Y suprimir todas las expresiones que no siguen los lineamientos gubernamentales es propio de un gobierno fascista y totalitario.
Aquí, aunque estamos cerca, no hemos llegado a eso... por mucho que a Torres le duela.
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ResponderBorrarLibertad de expresión, y libertad de abuso de la expresión es lo que ocurre con frecuencia en este país. Aunque la discusión solo se haya reducido a una canción y a un solo tema (el consumo de drogas), el acicate del reggaeton es mayor. La incidencia de la música en los estados de ánimo ha sido objeto de estudio desde la antiguedad, y los efectos de la exposición al restregón a tan prematuras edades los estamos viendo.
ResponderBorrar¿Abuso de la libertad de expresión? ¿En qué país vive usted? Este es de los países en donde más matan a periodistas.
ResponderBorrarYo no sé con qué estudios contará usted, pero ciertamente no son científicos. La teoría de la comunicación ya superó esa estupidez de decir que la influencia, el impacto, las prematuras edades y demás sandeces de las que se valen los enemigos de la libertad de expresión y dueños de lo políticamente correcto.
Si no le gusta el reggaetón, no lo baile ni lo escuche. Nadie lo obliga. Pero como no le viola los derechos a nadie, ni usted ni el abogado ese de pacotilla, ni nadie tiene derecho de prohibirlo.
Si la música no tuviera la facultad de influir en los estados de ánimo ni siquiera se hubiera pensado su aplicación en áreas como la psiquiatría, la educación, et al. Que en algunos campos haya prosperado la noción de que la música y la conducta están desligados no lo desmiente necesariamente.
ResponderBorrarQuieralo o no, por mucha libertad de expresión que se reclame, siempre se precisará de una regulación de contenidos en los medios de comunicación que ponga coto a la expansión de mensajes que se camuflan frecuentemente como entretenimiento. Y nada más falto de regulación que los medios de comunicación privados.
Tan o más idiota que el abogado.
ResponderBorrarLa música INFLUYE pero las personas son responsables de sus propias conductas y estas no son transferibles.
Y "estar triste" o "estar deprimido" es una pésima excusa para cualquier conducta. Si va a evitar influir en los estados de ánimo con cualquier cosa le va a tocar proponer que matemos a los niños antes de que empiecen la adolescencia.
Lo que hay que leer...
Lo mismo digo yo, yo me he dirigido a usted con respeto, por lo visto evitar meterse con la persona y NO CON LOS ARGUMENTOS le demanda a usted un esfuerzo descomunal.
ResponderBorrarLos procesos espontáneos de cada persona siempre van acompañados por la formación de la familia, la del sistema educativo y los medios de comunicación. Este tema abunda en opiniones encontradas, pero también de muchas doctrinas.
Es que el derrumbe de sus argumentos vino acompañado del insulto. No es que haya decidido atacarlo así no más porque me haya quedado sin argumentos.
ResponderBorrarEs como debatir con un cristiano: son enemigos de las libertades y amigos de la censura. Pues nada que hacer.
Me podría gastar los siguientes 200 artículos del blog explicando la teoría de la aguja hipodérmica y cómo ha sido constantemente refutada. Podría dedicar otros 200 a la recepción crítica y los estudios culturales, teorías vigentes de la comunicación.
Pero si alguien tiene la necesidad de privar a otros de la libertad, por mucha explicación de que lo que hacen es una aberración anticientífica que parte de una visión degradante y fatalista del ser humano, no van a cambiar.
Abundarán las opiniones. Las Teorías de la Comunicación son muy sencillas: esas opiniones son falsas.
Vean pues, ahora ya salí convertido en todo un totalitario.
ResponderBorrarLas opiniones son tan subjetivas como su percepción de que mis argumentos se "derrumban". Todos estamos en capacidad de opinar y de valorar como falso o verdadero todo todo lo que nuestro bagaje ideológico (o prejuicios fundados en la academia) nos dictan.
Pero no nos digamos mentiras: las consignas libertarias no pueden actuar en complicidad con la difusión de la estupidez. Los medios o la cultura popular son algo más que entretenimiento, son un vehículo de ideas, valores que aunque no son transferibles de una persona a otra, su masificación si que es contundente.