sábado, 31 de mayo de 2014

Una serie de eventos desafortunados



Recién posesionado, Juan Manuel Santos hizo proselitismo religioso con los mamo de la Sierra Nevada. Eso estuvo mal porque acababa de jurar proteger la Constitución, en donde se establece que Colombia es un estado laico.

Ahora, el pastor Jorge Trujillo Sarmiento, tiene la lunática idea de que esa visita de Santos -¡hace cuatro años!- desató la ola invernal:



Esto de ignorar los más básicos preceptos sobre el clima parece ser un requisito para ser pastor cristiano además, obvio, de mentir como cosaco.

¿Y entonces está mal si Santos promueve la superstición indígena, pero está bien cuando promueve la superstición cristiana? Vaya hipócrita. Seguro le daría un infarto si un chamán arhuaco hiciera un video usando sus mitos para promover a uno u otro candidato.

Para rematar, Gabriel Muyuy Jacanamejoy, director del programa Presidencial para los Pueblos Indígenas, denunció a Trujillo por discriminación:

La reacción del programa presidencial se da luego que Trujillo asegurara que los cristianos no votarán por Santos debido a que “cuando fue elegido subió a la Sierra Nevada de Santa Marta (…) e hizo un rito secreto donde les entregó el país a los "chamanes o brujos"”.

Según el pastor cristiano “y vimos los resultados porque cuando le entregó nuestra nación al mismo diablo vinieron las catástrofes lo que vimos en los noticieros en esos días. Es importante que pidamos dirección a Dios para que votemos bien y nos preparemos porque los cristianos somos más, vamos a elegir a nuestro presidente pero no a aquel que le ha entregado nuestro país a los ‘mamos’, los chamanes y los brujos”.

Se sale de toda lógica que denuncien a Trujillo por su opinión. Una vez más, en El Espectador fueron muy amables de consultarme al respecto:

A su turno, el vicepresidente de la Asociación de Ateos y Agnósticos de Bogotá, David Osorio dijo que por más ridícula que parezca la afirmación del pastor Trujillo, que por culpa de un rito de Santos se desencadenó la ola invernal, las declaraciones de cada persona son propias del fuero interno y no deberían ser juzgadas por la justicia.

“La ley antidiscriminación es una mordaza, solo garantiza que en el debate se pueda decir lo socialmente aceptable, la libertad de expresión consiste en proteger especialmente los discursos que no se amoldan allí, dijo.

Algo que ya he dicho, pero no sobra que llegue a más personas.

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