lunes, 13 de octubre de 2014

Entrevistas ateas: Antonio Vélez



Esta es la cuarta entrevista de la serie de perfiles ateos.

Antonio Vélez Montoya es ingeniero electricista de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín y máster en Matemáticas de la Universidad de Illinois, EEUU. Fue profesor de Matemáticas en varias universidades y ha ocupado la jefatura de Departamento en una de ellas.

Estuvo vinculado por una década al departamento de Investigación Operativa de Coltejer y desde hace varios años escribe una columna quincenal en
Ámbito Jurídico. También trabaja algunas horas a la semana en la Eafit, como asesor estudiantil. Escribe sobre temas variados y su proyecto intelectual actual es pensar la forma como se enseñan las matemáticas en el bachillerato y la universidad, en lo que se enseña, en lo que debería enseñarse, y en la búsqueda de una manera óptima para enseñarlas.

Ha escrito innúmerables artículos de divulgación científica en varios medios nacionales y es autor de una docena de libros.



David Osorio: ¿Hace cuánto y cómo volviste a ser ateo?

Antonio Vélez: Hace unos sesenta años soy ateo convencido. Cada vez más convencido. Sin interrupciones, sin remordimientos, sin retrocesos ni desmayos.

David Osorio: ¿Cuál es tu mito favorito sobre el ateísmo?

Antonio Vélez: Que los ateos tienen el infierno asegurado.

David Osorio: ¿Qué es lo que más disfrutas de no creer en ningún dios?

Antonio Vélez: No le temo a la otra vida; solo le temo a esta, la única, y la disfruto sin remordimientos.

David Osorio: ¿Qué sitios ateos, escépticos/ y de divulgación recomiendas o son tus favoritos? ¿Alguna razón particular?

Antonio Vélez: Estoy desligado desde hace años de sitios ateos. Fui varios años suscriptor de Skeptical Inquirer, revista para descreídos, y la recomiendo.

David Osorio: Define "religión" en una frase.

Antonio Vélez: Una religión es una invención humana, llena de infantilismos e ingenuidades. Hay premios para los buenos y terribles castigos para los malos, así que, niños, ¡a manejarse bien!

David Osorio: ¿Qué es la fe y qué piensas de ella?

Antonio Vélez: Fe es una característica cognitiva adquirida en el proceso evolutivo con la finalidad de aceptar ciegamente la autoridad de los padres y, más tarde, confiar en las personas que consideramos autoridades. Para el niño es una ventaja pues evita errores mortales; en los adultos, una manera de conservar el bagaje cultural adquirido en la juventud, con la mala característica de que al llegar a la edad adulta no podemos cambiar las creencias pues se vuelven de piedra.

David Osorio: ¿Qué es lo peor de la religión?

Antonio Vélez: Lo peor es que no nos deja pensar libremente, nos esclaviza, nos vuelve intolerantes con los que piensan de otra manera, creemos poseer todas las verdades, verdades que solo ella posee, y nos compromete a volvernos indeseados propagadores de sus 'verdades'.

David Osorio: ¿Qué hacer con el problema religioso de Colombia?

Antonio Vélez: Creo que cualquier cosa que se haga es perder el tiempo. Dejemos que el río corra como siempre lo ha hecho: él mismo va labrando su cauce.

David Osorio: ¿Tienes alguna anécdota relacionada directamente con tu escepticismo que nos puedas compartir?

Antonio Vélez: Cierto día estaba almorzando en una finca, y entre los comensales había un sacerdote alemán, pero que hablaba muy bien el español y parecía muy inteligente. Le comenté que yo era ateo, y que tenía una demostración de la inexistencia de Dios. Se mostró curioso, entonces le pregunté: "Si Dios fuera el autor de todas las cosas que vemos en la naturaleza, y es perfecto, y lo es su obra, entonces ¿por qué el aguacate, en lugar de semilla no tiene una arepa adentro?" (argumento jocoso atribuido al paisa Ñito Restrepo). De inmediato me respondió: "Eso solo prueba que Dios no es antioqueño". Nos reímos un rato.

David Osorio: En tus palabras, ¿qué es el laicismo y por qué es importante?

Antonio Vélez: Creo que un gobierno no debe definir sus leyes apoyado en una religión particular, pues es una falta de respeto por los ciudadanos que practican otras religiones. En consecuencia, un gobierno debe olvidarse de toda presión religiosa. Sin embargo, ello exige que los gobernantes no sean esclavos de su propia religión, lo que suena imposible.

David Osorio: El movimiento contracultural tiene mucho de anticientífico, ¿cómo fue tu relación con ellos? ¿Alcanzaste a ser parte de alguna de sus corrientes?

Antonio Vélez: No sé nada de esto, ni he formado parte de ningún movimiento.

David Osorio: En una época en que el humanismo secular y el 'movimiento escéptico' estaban en sus albores, y nada de ello llegaba a Colombia, ¿a qué material recurrías para entrenar tu mente en el pensamiento crítico y afinar tus capacidades racionalistas?

Antonio Vëlez: Yo vivo en un mundo ajeno a lo político; apenas leo los titulares de la prensa. Mis lecturas preferidas son los ensayos científicos y la divulgación científica, y de allí deriva mi pensamiento racional.

David Osorio: ¿Cómo afrontabas las oleadas de pseudociencia que llegaban al país?

Antonio Vëlez: Hace unos años escribí artículos en contra, y dos libros, uno contra las medicinas alternativas, y otro sobre el engaño de los fenómenos paranormales. Ahora estoy decepcionado del mundo, de su credulidad sin límites, y casi siempre permanezco en silencio sobre esos temas. Me volví un convidado de piedra.

David Osorio: Cuando E.O. Wilson publicó Sociobiology, sugiriendo precisamente que hay bases evolutivas en la conducta humana, fue atacado por sus colegas, e incluso Stephen Jay Gould y Richard Lewontin firmaron una carta en contra del libro y prohibieron la lectura de su último capítulo. Steven Pinker también recibió críticas airadas por La tabla rasa y, hoy en día, la psicología evolucionista está bajo ataque continuo de negacionistas, anticientíficos e incluso de científicos, que la acusan de determinista (?). Sé que tu libro Homo Sapiens presenta una explicación evolutiva de los universales humanos, o sea, de las formas de comportamiento observadas en todas las culturas. ¿Te han tocado reacciones así de airadas por parte de grupos o personas que se niegan a aceptar las bases genéticas de la conducta y las consideran un insulto? ¿Cómo has respondido a ello?

Antonio Vélez: Hay tres clases de opositores: los que no han entendido la teoría de la evolución, los que no la han estudiado y los intelectuales clásicos, que postulan que el hombre es hijo de su ambiente cultural, con poca injerencia de lo genético, así que lo preprogramado en sus genes es despreciable. He tenido discusiones, pero en ambiente universitario, con mucho respeto por las creencias del opositor, así que no hemos pasado a mayores. Sin embargo, no he logrado convencer a mis 'enemigos', que en verdad son amigos.

Yo pienso, como Popper, que para introducir una nueva teoría científica no hay que tratar de convencer a los científicos del momento; hay que esperar a que se mueran y lleguen mentes nuevas. En consecuencia, debemos esperar a que aparezcan antropólogos y psicólogos con formación evolucionista que reemplacen a los antiguos, ya enterrados junto con sus ideas. Sobre Gould, ensayista eximio, recuerdo una frase aguda de Richard Dawkins: "Ojalá Gould pensara tan claro como escribe".

David Osorio: Tengo entendido que tu hija Ana estudió en un colegio del Opus Dei y que hizo la primera comunión. ¿Cómo terminó ella matriculada en una institución de ese estilo?

Antonio Vélez: La decisión de escoger un colegio se debió a facilidades de transporte, sin importarme el peligroso efecto cultural religioso. Tenía mucha confianza en el convencimiento de Ana.

David Osorio: ¿Alguna vez te arrepentiste de que ella fuera a ese colegio (por tratarse de una institución cuyo principal interés es el reclutamiento infantil y no la enseñanza)? ¿Cómo conciliaste ese sentimiento con tus principios?

Antonio Vélez: Me arrepentí, porque ella se aburría mucho, y el nivel escolar era muy malo, entonces la cambié de colegio.

David Osorio: ¿Tuviste algún enfrentamiento con las directivas del colegio por el lavado de cerebro o porque tuvieran reglas disciplinarias absurdas? ¿Hay anécdotas de ello que nos puedas compartir?

Antonio Vélez: Tuve enfrentamientos, pero con profesores de ciencia, debido a errores que enseñaban en clase. No tuvo importancia.

David Osorio: Ana cuenta que tú fuiste una gran inspiración para sus amigas del colegio y que les mostraste el camino de la cordura y la razón. ¿Alguna vez te ocasionó problemas con los padres de alguna de ellas? ¿Cómo fue el episodio y cuál fue su desenlace?

Antonio Vélez: Nunca tuve enfrentamientos con los padres de las amigas de mis hijas, que fueran atribuibles a motivos religiosos. En realidad, lo religioso no era tema importante entre mis hijos y sus amigos. Muy civilizados se mostraron en este asunto.

David Osorio: Al volver por la senda de la razón, uno asimila que lo que hacen los creyentes tiene tanto sentido como si hablaran con su secador de pelo o le rindieran culto a Pinocho; sin embargo, al vivir en una sociedad supersticiosa hasta la médula, ¿crees que uno desarrolla una especie de tolerancia frente a la irracionalidad religionista, que no le concede a otras formas de irracionalidad igual de ridículas pero menos peligrosas? ¿Qué hacer en ese caso?

Antonio Vélez: Es tanta la literatura barata: autoayudas a lo Paulo Coehlo o Deepak Chopra, milagros, drogas portentosas, tratamientos de belleza efectivísimos, más lo difundido por los medios de comunicación, que uno termina formando callos en la mente y esas cosas nos resbalan sin penetrar.

David Osorio: En toda tu trayectoria escéptica, ¿cuál ha sido la forma de irracionalidad más descarada que has presenciado en el Estado?

Antonio Vélez: No encuentro nada más absurdo que penalizar el aborto y la eutanasia. Quiere esto decir que aún estamos en la Edad Media.

David Osorio: ¿Cuál consideras que ha sido el Gobierno menos irrespetuoso con el laicismo? ¿Cuál el más?

Antonio Vélez: Me dejas mudo con estas preguntas, pues vivo en una isla intelectual, fuera del alcance de las noticias políticas.

David Osorio: Aunque hay un sinnúmero de razones por las que las personas volvemos a ser ateas, sólo una (la ausencia de evidencia) es racional. Cuentas que cuando trabajaste en la Universidad del Valle, conviviste con profesores ateos y eso fortaleció tu descreencia. ¿Sabes qué motivaba su ateísmo? ¿Era por la falta de evidencia o por ideología?

Antonio Vélez: Nunca supe la razón: simplemente eran ateos, y poco les importaba hablar del tema.

David Osorio: Eres uno de los 16 autores del libro Manual de ateología. ¿Cómo es tu relación con los otros 15 autores?

Antonio Vélez: Soy amigo de Héctor Abad, ateo como yo y con el cual comparto una muy buena amistad. También soy muy amigo de Tito Livio Caldas, autor de uno de los ensayos y el hombre que dirigió el proyecto editorial. Gracias a su amistad yo escribo quincenalmente en su periódico, Ámbito Jurídico, que sólo se vende por suscripción y va dirigido a abogados.

David Osorio: ¿De quién fue la idea del libro y cómo se organizaron?

Antonio Vélez: La idea del libro fue de Tito Livio Caldas, y él mismo se encargó de seleccionar los participantes. En su editorial, Tierra Firme Editores, se llevó a cabo la publicación del libro. Le debo a Tito Livio el privilegio de haberme puesto a encabezar el conjunto de escritores, por delate de gente muy importante.

David Osorio: Algunos de los coautores del libro son o han sido columnistas de opinión en los medios más importantes del país (Alejandro Gaviria, Héctor Abad Faciolince, Daniel Samper Ospina, Humberto de la Calle, Felipe Zuleta, Álvarez Gardeazábal, Florence Thomas). Hasta donde recuerdo (e igual puedo estar equivocado), ninguno de ellos ha usado esos poderosos espacios que han tenido a su disposición para denunciar la constante violación al mandato constitucional del laicismo, que ocurre prácticamente a diario en todas las dependencias estatales. Siendo el laicismo la única garantía de igualdad para los ateos y agnósticos, ¿por qué crees que ninguno de ellos ha hecho nada por hacerlo respetar, siendo que significa hacerse respetar a sí mismos en sus derechos humanos y libertades civiles más básicas?

Antonio Vélez: Creo que ellos consideran que es una causa perdida. Además, figurar como ateo en el país del Corazón de Jesús puede ser peligroso para la carrera política, es decir, es políticamente incorrecto llamarse o mostrarse ateo.

David Osorio: Tras la publicación del libro, Felipe Zuleta se volvió cristiano, según él, porque el ateísmo es una "arrogancia de jóvenes". ¿Qué le responderías?

Antonio Vélez: Yo le contestaría: "Señor Zuleta, me decepciona: para cambiarse de ateo a creyente se requiere una razón menos trivial; esa mutación es algo interno, profundo, cocinado en el cerebro, y poco pesa a favor o en contra que sea arrogancia de jóvenes".

David Osorio: Tras la publicación del libro, Alejandro Gaviria fue nombrado ministro de Salud y Protección Social del presidente Juan Manuel Santos. En vista de que el Presidente viola reiterada y alegremente el principio constitucional del laicismo, ¿qué consejo le darías al Ministro? ¿Debe dejar que su postura personal sea pisoteada en nombre de la Unidad Nacional, conseguida mediante populismo y apelaciones a la superstición? ¿Gajes del oficio? ¿Consideras que es a lugar que Gaviria le exija al Presidente que nos respete a los no-creyentes?

Antonio Vélez: Yo solo le diría que si desea mantenerse en los puntos altos de la política, que no exhiba su ateísmo, pues eso lo puede frenar definitivamente.

David Osorio: El actual proceso de 'paz' que adelanta el Gobierno con las Farc fue infectado por el privilegio religioso que se le ha dado a la Iglesia Católica (de hecho, parece que por instrucción de Santos, la bancada de Gobierno dejó hundir el proyecto de matrimonio igualitario para ganar el apoyo de la Iglesia en el proceso, y luego fue a esa misma Iglesia a quien se le confió el secreto de Estado de las víctimas que viajarían a La Habana, favoritismo que no ha recibido ninguna otra religión). ¿Crees en una 'paz' que discrimina a la población LGBTI y que se alcanzó pisoteando los derechos de la población atea?

Antonio Vélez: Lo de la 'paz' es tan complejo que no me cabe en mi mente. Se requiere información que yo no tengo, así que no sé si es bueno llegar a un acuerdo con las Farc, o enfrentarlos como hizo Uribe. Como es poco lo que leo y pienso en estos temas, también es poco lo que pueda decir que sea sensato y que valga la pena.

David Osorio: ¿Qué consejo le darías a Humberto de la Calle, jefe del equipo negociador del Gobierno en el proceso de 'paz', quien siendo no-creyente tuvo que participar en las oraciones del proceso? ¿Debe aguantar que se violente su libertad de cultos, en nombre de la 'paz'?

Antonio Vélez: Me quedo callado. No hablo con gente de la política pues no nos entendemos, hablamos lenguas distintas.

David Osorio: ¿Qué opinas de que las víctimas del terrorismo que no son católicas tengan que dejar que mancillen su libertad religiosa, con la esperanza de recibir verdad, justicia, reparación y disculpas?

Antonio Vélez: Sigo mudo por ignorancia del tema.

David Osorio: Tras haber sido envenenado por la religión de esta manera tan atroz, ¿qué futuro crees que le depara al proceso de 'paz'?

Antonio Vélez: Tendría que consultar a un adivino, y a estos tampoco les creo.

David Osorio: Persona a quien admires mucho, ¿por qué?

Antonio Vélez: A Charles Darwin, el hombre que nos permitió ser ateos. Yo me pregunto, antes de Darwin, ¿cómo podía ser uno ateo? ¿Cómo responderle a alguien que te hubiera dicho: "Bien, si usted es ateo, explíqueme ¿cómo aparecieron las cucarachas, el roble, el hombre, la Luna, el Sol? O acaso se hicieron solos". Agachando la cabeza, le habría contestado: "Señor, no tengo respuestas sensatas, necesito un Creador, no hay más remedio".

David Osorio: Háblanos de tu libro favorito.

Antonio Vélez: Voy a dar un salto mortal, peligroso: mi libro favorito estaría entre El otoño del Patriarca, de Gabo; El Proceso, de Kafka; y Ficciones, de Borges. Pero como desconfío de las antologías...

David Osorio: ¿Qué estás leyendo en este momento?

Antonio Vélez: Estoy comenzando a leer En busca de lo desconocido: 17 ecuaciones que cambiaron el mundo, escrito por Ian Stewart, matemático y profesor de Harvard. Se trata de explicar la génesis y el contenido de lo que el autor considera las 17 ecuaciones más importantes de la Física. Si no te gusta la ciencia te aburrirás sin remedio.

David Osorio: ¿Qué es lo que más disfrutas de la vida?

Antonio Vélez: Reunirme con mi familia más cercana. Son interesantes, cálidos, divertidos, me recompensan.

David Osorio: ¿Cuál es tu comida favorita?

Antonio Vélez: Muy simple: variaciones incontables alrededor del pollo. Poco elegante, ¿verdad?

David Osorio: ¿Qué te gustaría conseguir antes de morir?

Antonio Vélez: Me gustaría ver realizado un sueño: modificar notablemente los programas de matemáticas en los niveles de bachillerato y pregrado, porque considero que es absurdo lo que se enseña en este momento: es difícil, es tedioso, está anticuado, no se usan las herramientas modernas, se pierde miserablemente el tiempo en su estudio y muchos estudiantes pierden el año. Hay mejores cosas en las áridas matemáticas, más fáciles, más atractivas y más formativas.

David Osorio: Frase que le quieras dejar a los lectores.

Antonio Vélez: Me quedo con "Perder es ganar un poco", de Francisco Maturana, exdirector técnico de fútbol. La he usado con mis estudiantes para explicarles que de los errores se aprende, y de una manera indeleble, por lo que debemos estar atentos y capitalizarlos.

David Osorio: ¡Muchas gracias por tu tiempo!

Antonio Vélez: Lo hice con mucho gusto.

El perfil de Ana Vélez, hija de Antonio, también hace parte de esta serie.

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