Parece ser que la Iglesia Anglicana le sigue los pasos de cerca a la Iglesia Católica, pues también tienen pederastas en sus filas. Y también los protegen. Y los ordenan sacerdotes aún conociendo su pasado. Así fue el caso de Roy Cotton:
¡Qué canallas!
En una carta al entonces arzobispo de Canterbury, Michael Ramsey, fechada el 13 de Mayo de 1966, el obispo de Portsmouth describió la historia de Cotton, incluyendo un delito cometido en 1954, y sus reiteradas solicitudes para ser considerado para la ordenación.
La carta decía: "En ese tiempo él alegó su inocencia, y lo ha hecho desde entonces, y lo cierto es que desde ese momento ha sido profesor".
La carta continúa: "No estoy seguro si de haber sido declarado culpable habría necesidad de que usted lo perdone y yo estaría muy agradecido por su orientación en esta materia.
"Cotton es un hombre de considerable capacidad ... y no puedo pensar que habiendo estado tan libre de problemas durante 12 años pueda haber alguno en el futuro".
Una respuesta del secretario del arzobispo fechada el 17 de Mayo de 1966, decía que el arzobispo estaba "tranquilizado por lo que ha dicho y piensa que haría lo correcto al considerar ordenarlo y hacerlo titular en la cuidadosamente seleccionada parroquia que usted menciona".
¡Qué canallas!
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