Cuando los creyentes no saben cómo hacer para que creamos en su amigo imaginario, recurren al miedo, en sus distintas formas.
Si no es la amenaza con la tortura eterna termodinámicamente imposible del Infierno, saltan a ofender con que "no hay ateos en las trincheras".
Sí, los ateos podemos sentir miedo, es una emoción humana. Disfrutar una película de terror no atenta contra nuestro racionalismo:
Obviamente los mecanismos del miedo a la oscuridad, la soledad, lo desconocido y las amenazas son los mismos en todos, existen como parte esencial de nuestro aparato neurológico así que lo único que sé es que no es racional sentirse avergonzado porque uno disfrute las películas de terror experimentando, precisamente, miedo y terror.
Igual que si pasáramos la noche en la casa del Salto del Tequendama.
Apelar al miedo para probar cualquier cosa es una falacia - ¿a quién se convence con eso? ¿Olvidan, acaso, que las experiencias personales no son prueba de nada?
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