Alguien llamó mi atención sobre el exabrupto de columna La religión de la ciencia y los sacerdotes de la razón, de un tal Julián López:
De un tiempo para acá parece ser conditio sine qua non para ser un intelectual, o simplemente alguien racional, informado y despierto, atacar a la religión, cualquiera que ésta sea.
Lo extraño es que aquellas mentes elevadas que han desvelado los engaños de la religión utilizan un tono burlón, desdeñoso, al referirse a otros sistemas de creencias; una actitud muy alejada del discurso de la diversidad y la tolerancia que suele aparejarse al discurso del intelectual, del sacerdote de la razón.
Ohh, ya empezamos con la policía del tono. ¿Qué tiene que ver el tono con la diversidad y la tolerancia?
El tono tiene que ver con el nivel de estupidez y si irrespeto cada superstición según su ridiculez, les estoy dando un tratamiento igualitario - cero preferencias. Creer en Buda o Bachué es tan estúpido como creer en Jesús o Mahoma. ¡Que viva la diversidad!
Sigue López:
Nos encaminamos hacia la Inquisición de la razón o, mejor, la que usa como pretexto a la racionalidad.
Ohh, ¡huyan todos! La "Inquisición de la razón". Buuu - asústense, niños y niñas, que hay personas malvadas que los van a quemar en hogueras, les amputarán sus derechos y los ahogarán hasta que acepten que pueden volar en escobas... ohh, wait - eso no pasa. O bien el señor López no tiene ni pajolera idea de qué fue la Inquisición o simplemente usó burdamente una metáfora donde no cabe. En cualquier caso, no sabe de qué está hablando.
Así que por supuesto aún queda más:
Al igual que con la religión, las ciencias hoy en día están atravesadas por agendas políticas e intereses personales y comerciales. Tan así es que se celebra la funesta alianza universidad-empresa como algo deseable.
Aww, pobrecito nené Lopez - las malas, malotas universidades no se comportan como a él le gustaría. ¡Tienen alianzas con empresas! ¡¡Ohhhhhh!! ¿Cómo se les ocurre? Eso es "funesto". Es preferible que los estudiantes se busquen sus pasantías por su cuenta, y que las empresas se priven de recompensar a los más aplicados ofreciéndoles trabajo y oportunidades.
Y es paradójico, pues la ciencia, como la religión, es manipulada constantemente por sus administradores.
Por supuesto, el señor López no se molesta en aportar pruebas de esto, y lo que puede ser afirmado sin evidencias puede ser descartado sin evidencias.
Claro que ahí no termina:
Una ciencia que día a día es más amoral y despilfarradora, destinada a trabajar para cumplir con la demanda de tecnologías fútiles, programadas para volverse obsoletas; una ciencia que fomenta y financia investigaciones intrascendentes (¿cuánto se critica el boato y el lujo de la Iglesia y nada se dice sobre el costo absurdo de descubrir el bosón de Higgs, por ejemplo, que no tiene un fin práctico?); una ciencia que, al igual que la Iglesia y sus secretos, tiene grupos de poder inaccesibles llamados pares académicos, sacerdotes del conocimiento práctico y estandarizado; una ciencia constreñida y corrompida por índices de citación y demás neoescolasticismos académicos que garantizan forma y no fondo, y, finalmente, una ciencia que es nicho de poder de intelectuales y académicos, quienes aíslan el conocimiento del público inventando conceptos enrevesados y lenguajes mágico-místicos a los cuales tan sólo unos pocos iniciados pueden acceder, manipulando fieles como antaño hacía la Iglesia medioeval con el latín, para seguir regodeándose en sus prerrogativas.
Uff, aquí vamos por pasos.
¿Y cómo es la ciencia amoral, señor López? ¿Porque nos ha permitido doblar nuestra esperanza de vida, porque cada vez le lleva más alimento a más personas o porque ha permitido eliminar casi por completo la polio? Ciertamente, con una moral tan pacata y reaccionaria como la de López, que se tilde de 'amoral' la ciencia es algo por lo qué estar agradecidos.
En cuanto a la conspiranoia de la obsolescencia programada no tengo más que decir. Eso eso, conspiranoia.
¿Que descubrir el bosón de Higgs no tiene un fin práctico? Bueno, si confirmar la Teoría Estándar de Partículas (o sea, que los físicos sepan que no han estado perdiendo el tiempo) no es un fin práctico, no sé qué pueda serlo.
Ya que a López no le hayan publicado su artículo por quedarse en la revisión de pares no hace que la ciencia sea secretista, ni tenga grupos de poder inaccesibles. Curioso que a punta de retórica el columnista pretende acusar a la Ciencia de neoescolasticismo. Eso sí, gana puntos por creatividad - por lo menos esta vez no tocó salir a abrazar los epítetos de cientificista y reduccionista.
Hemos trasladado nuestra fe en la religión a la ciencia, y así como hasta hace no mucho había asuntos religiosos incuestionables, que lo eran por razón de la infalibilidad de quienes los decían, hoy el método científico, pero sobre todo sus defensores fundamentalistas, posee esa carga de infalibilidad, sin tener en cuenta que, al igual que con el método religioso o cualquier método, son personas quienes administran, y las personas fallamos.
No, no hemos trasladado la fe a la ciencia. Y el ataque contra el método científico es un muñeco de paja: el método científico se autocorrige y dota a la ciencia de esta característica. Si fueran infalibles, no habría nada que corregir.
Por fin termina López, pidiendo que le dejen tranquilita su superstición:
Mal ejemplo dan nuestros intelectuales, que quizás deberían debatir más entre sí las ideas elevadas y racionales que tanto les gustan, ignorando el mal de la religión, para hacer de este un mundo mejor.
La religión es el peor mal, así que atacarla es la mejor forma de hacer de este el mejor de los mundos. Pretender esto sin aquello es iluso.
En conclusión, es la misma fantochada nihilista, analfabeta y anticientífica de Fernando Vallejo con la que tienen orgasmos en El Espectador.
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