jueves, 26 de febrero de 2015

La anocracia



Estoy leyendo Los ángeles que llevamos dentro de Steven Pinker donde explica que —contrario a la sabiduría popular— la violencia viene disminuyendo sistemáticamente y parece plausible pensar que lo seguirá haciendo.

A diferencia de otros libros, es difícil citar el de Pinker porque las explicaciones que ofrece se alargan por mucho más de lo que estoy dispuesto a transcribir. Por ejemplo, en el primer capítulo, Pinker acaba con el cristianismo de una manera espectacular, que me habría encantado citar palabra por palabra, pero no puedo poner medio capítulo acá.

En todo caso, en el libro me encontré con el interesante concepto de anocracia y la extensión es adecuada para compartir con ustedes esta gota de ese océano de sabiduría (pg. 413):

Al principio del capítulo (y en el capítulo 3, donde analizamos las muertes violentas en el conjunto del planeta), nos encontramos con el concepto de anocracia, una forma de gobierno que no es del todo democrática ni del todo autocrática. Entre los científicos políticos, las anocracias también se conocen como semidemocracias, regímenes pretorianos o (mi calificativo preferido, oído por casualidad en una conferencia) "gobiernos de mierda". Se trata de administraciones que no hacen nada bien. A diferencia de los estados policiales autocráticos, no intimidan a sus poblaciones para volverlas inactivas, pero tampoco cuentan con los sistemas más o menos justos de cumplimiento de la ley propios de una democracia presentable. En lugar de ellos, suelen responder a los delitos internos con represalias indiscriminadas contra comunidades enteras. Y conservan las costumbres cleptocráticas de las autocracias de las que evolucionaron, repartiendo los tributos recaudados entre sus clanes, que a su vez sobornan para conseguir protección policial, veredictos judiciales favorables o acceso a los innumerables permisos necesarios para cualquier cosa. Un empleo público es el único billete para salir de la miseria, y tener alguien del clan en el poder es el único billete para lograr un empleo público. Cuando en unas "elecciones democráticas" el control del gobierno está periódicamente disponible para cualquiera, los intereses son tan notorios como en cualquier lucha por un botín valioso e indivisible. Los clanes, las tribus, y los grupos étnicos intentan intimidarse unos a otros ante las urnas y luego se enfrentan para invalidar un resultado que no les resulta favorable. Según el Global Report on Conflict, Governance and State Fragility (Informe global sobre conflictos, gobernación y fragilidad de los estados), las anocracias son "unas seis veces más susceptibles que las democracias, y unas dos veces y media más susceptibles que las autocracias, de experimentar nuevos enfrentamientos sociales", como guerras civiles étnicas, guerras revolucionarias y golpes de estado.

Apenas leí el concepto, no pude evitar pensar en que Colombia entra en la definición de anocracia perfectamente. Lo chistoso es que aunque Wikipedia (en inglés, claro) no menciona al país, el primer resultado de búsqueda de Google arroja una publicación titulada ¡ANOCRACIA! Colombia [...]. (El segundo país en aparecer en los resultados de Google es Honduras).

Moisés Naím entrevistó a Pinker y allí —la entrevista se titula La democracia es nuestra mejor opción— el académico resume las conclusiones del libro, explica la importancia de una democracia robusta y también dedica unas palabras a la situación en Colombia y cómo la mala calidad de la democracia colombiana (o, mejor dicho, su anocracia) es un factor generador de violencia:

En Colombia hay zonas que están fuera del control del Estado. Combinemos eso con el narcotráfico y las zonas de anarquía donde el aparato del Estado no está disponible. Si eres un capo de la droga y te han engañado no puedes demandar, porque lo que estás haciendo es ilegal. Si alguien te amenaza, no puedes llamar a la policía. Entonces debes construirte una reputación violenta para poder defender tu intereses

A ver si el gobierno colombiano espabila y empieza a tomar en cuenta esto, ya que dice que le importa tanto la paz.

(Imagen: Wikipedia)

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