Muchas personas —incluso no religiosas— tienen la creencia irracional del karma cósmico, o de que a las personas buenas les deben pasar cosas buenas y que el Universo se encargará de que cosas malas le pasen a las personas malas, y luchan contra la abundante evidencia de que al Universo le importa un pimiento si eres bueno o malo — la justicia y la equidad son constructos éticos humanos y, como tal, sólo nosotros los entendemos y aplicamos.
De hecho, pasar revista a un día de publicaciones en Facebook demuestra que muchas personas le agradecen a dios por las cosas buenas que les pasan y nunca, o casi nunca, culpan a dios de sus desgracias (o simplemente se consuelan con más pensamiento mágico del tipo "los caminos del señor son misteriosos" o "dios sabe cómo hace sus cosas").
Ahora tenemos evidencia científica de este proceso de razonamiento defectuoso — es el God-serving bias, que se traduciría como el "sesgo de servicio a dios":