Creo que el público colombiano no está preparado para el stand up comedy. Lo mejor que podemos mostrar es esa colcha de retazos de las rutinas de los cuenteros que recopiló el bueno para nada de Andrés López y que se llama La Pelota de Letras, que no es más que una pésima caricatura que recoge los estereotipos de la sociedad colombiana y los embute en dos horas de show.
Y es que Colombia no está preparada para un humor fino, negro y crítico, sino para burlarse de una distorsionada imagen del espejo. Por eso, mientras El Pequeño Tirano trata de sobrevivir y hacerse económicamente viable, le va tan bien a esos intentos de comediante tipo José Ordóñez y Andrés López, mamarrachos sin talento que en últimas se dedican a promover la superstición, sea la idiotez de la cienciología o la fantasía cristiana. Y a ese selecto club acaba de entrar Pedro González, que se hizo famoso con el personaje de Don Jediondo:
Y es que Colombia no está preparada para un humor fino, negro y crítico, sino para burlarse de una distorsionada imagen del espejo. Por eso, mientras El Pequeño Tirano trata de sobrevivir y hacerse económicamente viable, le va tan bien a esos intentos de comediante tipo José Ordóñez y Andrés López, mamarrachos sin talento que en últimas se dedican a promover la superstición, sea la idiotez de la cienciología o la fantasía cristiana. Y a ese selecto club acaba de entrar Pedro González, que se hizo famoso con el personaje de Don Jediondo: