Hace unos días, en Colombia fue liberada Nhora Valentina, hija del alcalde de Fortul, un pueblo de Arauca. Ella duró secuestrada cerca de tres semanas y la noticia conmovió a todo el país, que indignado exigió el retorno de la niña.
Ahora, que la niña ha vuelto a su casa, resulta que la van a convertir en un trofeo del adoctrinamiento:
Yo también me preocupé por ella y esperé por su liberación. No renuncié a mis facultades críticas ni insulté mi inteligencia arrodillándome ante un genocida e inexistente ser superior, pero mi preocupación es igual de válida a la del Papa Nazi... con la diferencia de que yo he denunciado los casos de pederastia en vez de esconderlos y proteger a los criminales.
¿Por qué el Estado colombiano está intermediando para que una niña sea adoctrinada en una superstición -que en este caso resultó ser la de la secta católica-? Constitucionalmente el Estado, sus funcionarios y sus entidades tienen prohibido promover cualquier creencia religiosa, por muy mayoritaria que sea.
Y resulta aún más grave que no sólo esté violando flagrantemente la Constitución sino que en el proceso está perpetuando el maltrato infantil que esta niña ha sufrido en su vida. Estuvo secuestrada 18 días, ¿no es, acaso, suficiente? ¿Tienen, además, que etiquetarla en vez de dejarla crecer en paz y que tome una decisión autónoma sobre qué quiere o no quiere creer una vez alcance la mayoría de edad?
Ahora, que la niña ha vuelto a su casa, resulta que la van a convertir en un trofeo del adoctrinamiento:
Una niña colombiana que estuvo secuestrada durante 18 días por desconocidos visitará, en diciembre venidero, al papa Benedicto XVI, informaron fuentes diplomáticas del país andino.
De acuerdo con el embajador de Colombia ante la Santa Sede, César Mauricio Velásquez, Nohora Valentina y sus padres, Jorge Enrique Muñoz y Pilar Gutiérrez, estarán en el Vaticano el próximo 12 de diciembre.
"El Santo Padre siempre estuvo muy pendiente del secuestro de Nohora Valentina y oró por su liberación; ahora está complacido de saber de su visita a la Santa Sede", dijo Velásquez, quien visitó a la familia.
Yo también me preocupé por ella y esperé por su liberación. No renuncié a mis facultades críticas ni insulté mi inteligencia arrodillándome ante un genocida e inexistente ser superior, pero mi preocupación es igual de válida a la del Papa Nazi... con la diferencia de que yo he denunciado los casos de pederastia en vez de esconderlos y proteger a los criminales.
¿Por qué el Estado colombiano está intermediando para que una niña sea adoctrinada en una superstición -que en este caso resultó ser la de la secta católica-? Constitucionalmente el Estado, sus funcionarios y sus entidades tienen prohibido promover cualquier creencia religiosa, por muy mayoritaria que sea.
Y resulta aún más grave que no sólo esté violando flagrantemente la Constitución sino que en el proceso está perpetuando el maltrato infantil que esta niña ha sufrido en su vida. Estuvo secuestrada 18 días, ¿no es, acaso, suficiente? ¿Tienen, además, que etiquetarla en vez de dejarla crecer en paz y que tome una decisión autónoma sobre qué quiere o no quiere creer una vez alcance la mayoría de edad?
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