Estoy completamente anonadado y totalmente perplejo por esto. Al parecer la Corte Constitucional se tomó un día de descanso de ser un órgano completamente pusilánime y de voz débil y resquebrajada para hacer respetar los derechos ajenos.
Ojalá siempre tuvieran los pantalones así de bien puestos para hacer respetar la Constitución y los derechos de los ciudadanos. Supongo que este es un primer paso. ¡Y fue por partida doble!
En primer lugar, la corte instó al gobierno a crear una política pública integral para la buena convivencia con la población LGBT:
Es como si una bocanada de sentido común se hubiera pasado por el Palacio de Justicia; algo refrescante.
Y, por si una decisión progresista no fue suficiente, llegó la segunda:
¿Cómo? ¡Me tocó volver a leer la noticia para asegurarme que no era mentira! ¡La Corte Constitucional defendiendo el laicismo! Habrase visto -no, no se había hecho-.
Estas decisiones contrastan con la homofobia que había legitimado la corte anteriormente y la defensa del indefendible e impresentable Alejandro Ordóñez que hubo en el Consejo Superior de la Judicatura recientemente.
¡Grata sorpresa!
Ojalá siempre tuvieran los pantalones así de bien puestos para hacer respetar la Constitución y los derechos de los ciudadanos. Supongo que este es un primer paso. ¡Y fue por partida doble!
En primer lugar, la corte instó al gobierno a crear una política pública integral para la buena convivencia con la población LGBT:
Según la decisión del alto tribunal, existe una falencia en las principales instituciones y entidades estatales en las que se deberían adelantar políticas públicas para incentivar la visibilidad, el respeto y la protección de la comunidad LGBT, pese a que la mayoría de estos “son conscientes del reconocimiento jurídico del grupo y de la necesidad de adelantar políticas y acciones afirmativas en la materia”.
Ante esta posición se precisa que existe un desconocimiento completo de la población homosexual, “lo que impide dimensionar la necesidad de actuar y obstaculiza el reconocimiento social de una minoría merecedora de protección y respeto”.
Es como si una bocanada de sentido común se hubiera pasado por el Palacio de Justicia; algo refrescante.
Y, por si una decisión progresista no fue suficiente, llegó la segunda:
La Corte Constitucional declaró inexequible la ley 1402 de 2010, con la cual el Estado se asociaba a la celebración de los 60 años de la Diócesis del Espinal, Tolima, con la que se buscaba establecer a la Catedral del municipio como monumento nacional.
En esta decisión, el alto tribunal reafirma su jurisprudencia sobre la concepción de la Constitución Política de Colombia en la que se estableció un estado laico con igualdades religiosas, lo cual va en contravía con la creación de leyes para hacer “honores” a una fiesta cien por ciento católica.
Con el concepto de monumento nacional se buscaba además que el Estado destinará unos recursos económicos para remodelar la Catedral, “esto viola los principios de libertades religiosas y estado laico” los cuales están establecidos en la carta magna colombiana.
¿Cómo? ¡Me tocó volver a leer la noticia para asegurarme que no era mentira! ¡La Corte Constitucional defendiendo el laicismo! Habrase visto -no, no se había hecho-.
Estas decisiones contrastan con la homofobia que había legitimado la corte anteriormente y la defensa del indefendible e impresentable Alejandro Ordóñez que hubo en el Consejo Superior de la Judicatura recientemente.
¡Grata sorpresa!
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