A pesar de que Víctor Manuel Tamayo tiene dos inhabilidades por la Procuraduría, eso no le impidió lanzarse otra vez a la gobernación de Risaralda.
Tampoco es que le importe mucho al pueblo, pues Tamayo ha conseguido puntear en las encuestas, mezclando retórica religiosa con tácticas populistas, como regalarle mercados a los más pobres. Pues antier, Tamayo recibió la bendición del obispo de Pereira, Rigoberto Corredor:
(Por cierto, Corredor le está devolviendo el favor pues Tamayo acudió a su posesión siendo Gobernador.)
¿Y cuál es el "sentido social" de tener una 'virgen' en el despacho aparte de señalar que el candidato es un supersticioso de miedo y que, probablemente, gobernará con Biblia en mano y no la Constitución?
Y todo indica que la cosa va por ahí, pues don Víctor no se calla sobre su amigo imaginario. Otra alerta roja es que Tamayo fue miembro del Partido Conservador y todavía conserva esas malas amistades.
Si hacer campaña con fe y aprovechándose del hambre de los electores está mal, no quiero imaginar cómo quedará Risaralda si este tipo queda Gobernador — se nota que es de los que les trae sin cuidado el hecho de que Colombia es un Estado laico.
(imagen: Asociación Ateos de Pereira)
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