miércoles, 4 de mayo de 2016

MinCultura reparó Basílica de Monguí



El Gobierno se acaba de tirar $6.000 millones de pesos arreglando una basílica católica en Monguí (Boyacá):

El Ministerio de Cultura entregó las obras de restauración de la Basílica y Claustro de Nuestra Señora de Monguí, inmueble emblemático para todos los boyacenses.

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Dentro de las obras que se hicieron se contempló la restauración integral de la cubierta del conjunto religioso, el reforzamiento estructural, la restauración integral de la pintura mural de la cúpula de la Basílica y del pinjante, adecuación funcional de los espacios, instalación de redes eléctricas, iluminación y seguridad, e instalación de redes hidráulicas y sanitarias.

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Para las obras de restauración se contó con mano de obra local con un alto porcentaje representado por mujeres. La inversión total del Ministerio de Cultura para esta intervención fue de $6.246.337.064

Hace un mes, cuando el Ministerio desperdició otro tanto en restaurar capillas, no faltaron los comentaristas que justificaban el gasto. Esta parece la oportunidad para responder a sus argumentos que, básicamente, se dividen en dos.

El primero y más obvio es el del patrimonio histórico y cultural — la Basílica (en este caso) fue declarada patrimonio nacional y para algunos interlocutores eso es razón suficiente para justificar el gasto. No para mí. La Basílica fue declarada patrimonio por servir como instrumento de evangelización de los nativos, y fue declarada patrimonio antes de la Constitución de 1991, con la que la evangelización pasa a ser una atrocidad cometida contra las culturas autóctonas y el Estado se volvió laico.

El segundo argumento es el de las religiones comparadas — si vamos a ser tan estrictos con el laicismo para que no promueva ninguna religión, la conclusión lógica es que uno dejaría que construcciones de otros cultos como las pirámides mayas y el parque de Monquirá (también llamado El Infiernito) se vuelvan ruinas, salvo que haya algún alma caritativa privada que pague por mantenerlas.

Por supuesto, este argumento es un hombre de paja: ni los mayas, ni los indígenas de Villa de Leyva van a ver reivindicada su superstición con el mantenimiento de sus edificaciones religiosas; sin embargo, en la Basílica de Monguí todavía se hacen misas y sigue siendo un lugar emblemático del catolicismo, religión que, por desgracia, hoy en día goza de buena salud... a diferencia de la maya o la pre-muisca. Instalar redes eléctricas, iluminación, seguridad y redes hidráulicas y sanitarias significa un beneficio sustancial para el oficio de la eucaristía, lo mismo que el refuerzo estructural y la restauración de obras.

Por si todo esto no fuera suficiente, resulta que el Ministerio de Cultura tiene una facilidad pasmosa para darle prioridad a la promoción del cristianismo, dejando de lado proyectos que podrían beneficiar a toda la población, tales como la ampliación, reconstrucción y reparación de bibliotecas, museos, zoológicos, teatros, librerías y monumentos. Es un sesgo demasiado evidente como para que la excusa de "es patrimonio" surta algún efecto.

Lo cierto es que el Ministerio de Cultura acaba de despilfarrar un dineral en la promoción del catolicismo. No se puede pedir un ejemplo más obvio de por qué la corrupción es parte integral de la cultura colombiana.

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Publicado en De Avanzada por David Osorio

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