En vista de que ni la ONU ni los encargados de los Olímpicos se preocupan mucho por la igualdad, queda en manos de nosotros, los humanistas, hacer que todas las reglas y leyes sean aplicadas para todos, sin excepciones de carácter religioso ni cultural -o sea, el privilegio-.
Así que cae como anillo al dedo el discurso de Sundas Hoorain del 25 de julio de por qué necesitamos también leyes equitativas en las Olimpiadas:
Así que cae como anillo al dedo el discurso de Sundas Hoorain del 25 de julio de por qué necesitamos también leyes equitativas en las Olimpiadas: