A pesar de haber sido criado en la secta católica, una de las cosas que me siguen sorprendiendo de la Iglesia es que su universo es tan grande como el de El Señor de los Anillos —e, indudablemente, igual de sanguinario y feudal—. Así que cada tanto uno aprende cosas sobre el catolicismo que jamás había escuchado.
Para la muestra, los católicos tienen un club de mujeres célibes que comparten el delirio masivo de que todas ellas se van casar con el personaje principal, el zombie judío llamado Jesucristo; las mujeres que pertenecen al club reciben, cómo no, la virtuosa denominación de "vírgenes consagradas" — pues, en su enfermiza obsesión con la sexualidad humana, la Iglesia estableció que la virginidad perpetua es el único requisito para ser esposa 'exclusiva' de Jesucristo —junto con todas sus demás esposas, claro—.
O era. A principios de julio, el Vaticano publicó Ecclesiae Sponsae Imago, que renovó las normas y principios para las vírgenes consagradas... retirando el requisito de la virginidad: