Por supuesto, esto no tiene naaaaaaaada que ver con el islam:
Un escritor prominente jordano, que estaba siendo juzgado por compartir una caricatura considerada ofensiva con el islam, fue asesinado a tiros afuera de un tribunal de Ammán, donde debía aparecer.
Nahed Hattar, de 56 años, fue acusado de incitar a la lucha sectaria e insultar al islam después de publicar la caricatura en Facebook este año.
La caricatura, titulada El Dios de Daesh (Isis), mostraba a un militante de Isis junto a dos mujeres y pidiendo a Dios que le traiga una bebida.
Esta fue la caricatura que le costó la vida a Hattar:
Dios- Buenas noches, Abu Saleh, ¿necesitas algo?
Abu Saleh- Sí, señor. Sírveme una copa de vino de ahí, y dile a Gabriel que me traiga más anacardos.
Después tráeme a un sirviente inmortal para que limpie el suelo, y llévate los platos sucios.
Y no te olvides de poner una puerta en la tienda (jaima) para que puedas llamar antes de entrar, alabado seas.
A pesar de que el gobierno jordano se refirió al asesinato como un crimen atroz, la familia del escritor respondió que también tienen la sangre de Hattar en sus manos, pues fue el Gobierno el que presentó los cargos por blasfemia y, a pesar de que las redes sociales se llenaron de llamados a su asesinato y linchamiento, el Gobierno no hizo nada para detenerlos.
Es cierto: cuando un Estado protege a las religiones de la crítica y la burla de las que no protege el resto de ideas, el mensaje que envía a esa sociedad es que los sentimientos religiosos están por encima de los derechos. Luego no puede quejarse de que este sea el resultado. Así son las cosas en las teocracias.
(imagen: Majed Hattar)
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Publicado en De Avanzada por David Osorio
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