Para algunos ateos resulta interesante que haya celebridades ateas — incluso hay una página con la lista de todas las celebridades ateas. Este tipo de cosas me interesaron alguna vez, aunque ahora no me suscita mayor atracción: creer o no hacerlo porque otros lo hagan (y uno tiene ese 'apoyo') es una forma de apelar a la autoridad, y nada de eso sustituye la necesidad de evidencia para afirmar que existe uno o más dioses.
Desde hace años, el ateísmo de Mark Zuckerberg había sido parte de la sabiduría popular; sin embargo, la Navidad de 2016 sirvió para que el fundador de Facebook aclare que no es ateo — durante las fiestas, Zuckerberg publicó un mensaje de felices pascuas para sus contactos, y fue interpelado por alguien que le preguntó si acaso él no era ateo, asumiendo que los ateos no podemos desearle una feliz temporada a los demás...
Zuckerberg respondió que no (aunque tampoco dejó muy claro en qué cree):
No. Fui criado como judío y luego pasé por un período en el que cuestioné las cosas, pero ahora creo que la religión es muy importante.
Creo que Zuckerberg realmente nunca entendió de qué iba ser ateo: es no creer en dioses. Que a uno le parezca que la religión es importante no entra en la ecuación — yo creo que la religión es importante, porque sin ella la humanidad se habría evitado mucho sufrimiento, guerras, miseria y dolor.
Pero eso no tiene que ver con mi descreencia en dioses: yo no creo en dioses porque no hay evidencia que sustente esas creencias. Lo uno no tiene nada que ver con lo otro.
De hecho, me alegra que alguien que demuestra alegremente un razonamiento tan defectuoso afirme que no está en 'mi bando'.
Lo único para lo que podría importarme que Zuckerberg fuera ateo es que impidiera que se use su plataforma para discriminar a los ateos, pero ese nunca fue el caso, ni siquiera cuando Zuckerberg era de 'los nuestros' — desde hace años hay un grupo de creyentes que se dedica a denunciar masivamente páginas ateas en Facebook, hasta que consiguen cerrarlas, sólo porque no se aguantan que critiquemos las ideas que a ellos les parecen sagradas (¡como si nosotros tuviéramos que considerarlas también sagradas!).
Zuckerberg nunca hizo nada por defender a los ateos en Facebook y no espero que empiece a hacerlo ahora (así como le pareció muy normal que alguien asuma que un ateo no puede desear felices pascuas). Su respuesta, más bien, parece apuntar a que para él, la religión tiene algún tipo de valor moral excepcional, lo que además de ser falso, es muy peligroso, pues esa suposición es la base del privilegio religioso.
De esta forma, Zuckerber sigue un poco la senda de Bill Gates, cuyas capacidades críticas se desplomaron una vez alcanzó la riqueza y la fama... aún cuando la única justificación que tiene la religión es la de darle esperanza a quienes todavía enfrentan penurias.
(imagen: Wikimedia Commons)
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Publicado en De Avanzada por David Osorio
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