Si la ONU ya había sido complaciente ante la machista exigencia islámica de que las jugadoras de fútbol pudieran jugar con cinturones de castidad, al parecer todavía se pueden conseguir medidas más extremas.
Es sólo cuestión de esfuerzo, tal como lo demostraron en Arabia Saudita, al negarse a enviar a sus deportistas femeninas a competencias internacionales:
Es sólo cuestión de esfuerzo, tal como lo demostraron en Arabia Saudita, al negarse a enviar a sus deportistas femeninas a competencias internacionales: