Si la ONU ya había sido complaciente ante la machista exigencia islámica de que las jugadoras de fútbol pudieran jugar con cinturones de castidad, al parecer todavía se pueden conseguir medidas más extremas.
Es sólo cuestión de esfuerzo, tal como lo demostraron en Arabia Saudita, al negarse a enviar a sus deportistas femeninas a competencias internacionales:
Esto será la dicha de los relativistas culturales, ya que no es como si Arabia Saudita se hubiera infectado de Occidente y empezara a tratar a las mujeres como seres humanos de carne y hueso.
(visto en Friendly Atheist)
Es sólo cuestión de esfuerzo, tal como lo demostraron en Arabia Saudita, al negarse a enviar a sus deportistas femeninas a competencias internacionales:
De acuerdo con las ediciones del periódico Al-Watan del jueves, el Príncipe Nawaf Bin Faisal (un miembro de la familia real saudí y ministro deportivo del país), presidente del Comité Olímpico Saudí, un órgano gubernamental que es cualquier cosa menos oficial, dijo en una conferencia de prensa el miércoles que "no avala la participación femenina de Arabia Saudita en el momento presente en los Juegos Olímpicos ni en torneos internacionales".
Esto será la dicha de los relativistas culturales, ya que no es como si Arabia Saudita se hubiera infectado de Occidente y empezara a tratar a las mujeres como seres humanos de carne y hueso.
(visto en Friendly Atheist)
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