Desde la historia de Abraham, ha quedado meridianamente claro que la religión es capaz de envenenar hasta el lazo amoroso más profundo y conseguir que los padres estén dispuestos a sacrificar la vida de sus hijos por las estupideces más increíblemente sangrientas y sanguinarias, como el fetiche por la sangre de bebé muerto del dios de turno.
Aún hoy en día, hay padres más que dispuestos a quitarle la vida a sus hijos, en nombre de la religión y la cultura:
Por fin su hermana rompió el silencio y pudo conducir a que se haga justicia en el caso de Shafilea y sus horribles padres, y evitar que este asesinato quede impune.
(dato: Damian A Secas)
Aún hoy en día, hay padres más que dispuestos a quitarle la vida a sus hijos, en nombre de la religión y la cultura:
Shafilea Ahmed anhelaba lo mismo que cualquier otra chica inglesa de 17 años: salir de compras, ir a la universidad, divertirse con sus amigos… Pero sus padres tenían otros planes reservados para ella. Debía regresar a Pakistán y casarse con el hombre que habían elegido. La divergencia de opiniones terminó con la vida de Shafilea. Sus padres, Iftikhar y Farzana, la asfixiaron ante la mirada de sus otros hijos por ser demasiado occidental.
«Le metieron una bolsa de plástico en la boca y la sofocaron», relató esta semana entre lágrimas su hermana Alesha, durante el juicio celebrado en Chester. «Pude ver sus ojos muy abiertos y cómo se quedaba sin aire. Se orinó encima porque estaba luchando por su vida. Pero ellos la cogieron por la cabeza y le dejaron la bolsa en la boca hasta que dejó de respirar».
Por fin su hermana rompió el silencio y pudo conducir a que se haga justicia en el caso de Shafilea y sus horribles padres, y evitar que este asesinato quede impune.
(dato: Damian A Secas)
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