En más veces de las que puedo contar he repetido hasta la saciedad que la base de la sociedad no es la familia. Somos los individuos, que votamos, revocamos mandatos y asumimos responsabilidad por nuestros actos.
Sin embargo, esa falacia de construir sociedades sobre las familias le ha permitido a los religiosos seguir promoviendo la discriminación y ponerla al servicio de sus prejuicios.
Así lo vinieron a descubrir esta semana en la revista Arcadia:
Así como las agrupaciones que usan la palabra "familia" en el nombre son fuentes inagotables de homofobia, las agrupaciones de padres de familia lo son de la censura.
Y es curioso, porque estos autonombrados guardianes de la moral y las buenas costumbres suelen ser inescrupulosos personajes, de pacata moral, cuya función en la vida no es otra que atentar contra los más básicos cimientos de la moral y las buenas costumbres de la sociedad moderna: la libertad de expresión y la diversidad.
(dato: Pirituyo)
Sin embargo, esa falacia de construir sociedades sobre las familias le ha permitido a los religiosos seguir promoviendo la discriminación y ponerla al servicio de sus prejuicios.
Así lo vinieron a descubrir esta semana en la revista Arcadia:
Almacenes de cadena se niegan a vender Arcadia porque lleva en su portada un autorretrato de la artista francesa Orlan con el pecho parcialmente descubierto....
A pesar de que la obra de la portada no tiene ninguno de los elementos chocantes del trabajo de la artista, Arcadia fue rechazada en Panamericana y en Carrefour. Los almacenes explicaron que las asociaciones de padres de familia han sido inclementes en la vigilancia de las imágenes que consideran inadecuadas para sus hijos, que se exhiben en los anaqueles de las cadenas.
Así como las agrupaciones que usan la palabra "familia" en el nombre son fuentes inagotables de homofobia, las agrupaciones de padres de familia lo son de la censura.
Y es curioso, porque estos autonombrados guardianes de la moral y las buenas costumbres suelen ser inescrupulosos personajes, de pacata moral, cuya función en la vida no es otra que atentar contra los más básicos cimientos de la moral y las buenas costumbres de la sociedad moderna: la libertad de expresión y la diversidad.
(dato: Pirituyo)
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