Con Pirituyo hemos considerado que eso de Colombia, Banana Republic ya se está quedando pequeño, pero no conseguimos encontrar un término que sea más apropiado (¿existirá un término que no se quede pequeño? ¡Acepto sugerencias -de términos reales o acuñados- en los comentarios!).
Por el momento, pasemos a los casos de esta edición.
Empezamos con el exministro Andrés Felipe Arias quien, no feliz con desviar subsidios que eran para impulsar a los agricultores pobres y dárselos a opulentas familias (que luego donarían generosas sumas a su campaña presidencial), ahora pretende extorsionar al Estado:
El exministro de Agricultura, Andrés Felipe Arias presentó ante la Procuraduría General un recurso de conciliación por un valor de 535 millones de pesos para no demandar al Estado....
En este sentido considera que este monto de dinero es suficiente para no presentar una demanda contra la Nación por los perjuicios a su percepción injustos que padeció con la sanción disciplinaria.
Como buen conservador, quiere llegar a un acuerdo sobre lo fundamental: el dinero.
(dato: Pirituyo y Ana Morales)
Mientras Uribe trata de lloriquear porque el Gobierno exista sin que él esté a cargo, su lacayo más fiel en el congreso, Juan Carlos Vélez Uribe, pretende mantener vivo ese esperpento político que es el partido de La U:
En medio de los choques del presidente Juan Manuel Santos y el expresidente Álvaro Uribe Vélez, el senador Juan Carlos Vélez Uribe dijo que su partido “es de vocación uribista, es inspirado por el presidente Uribe (…) se deben acoger los planteamientos del presidente Uribe con respecto al marco legal para la paz, a la reforma a la justicia e igualmente con el fuero militar”.
“Este es un partido que tiene una inspiración con respecto al pensamiento ideológico de Uribe y debe actuar conforme a éste”, aseguró en diálogo con los periodistas.
Y advirtió: “Nos tocará revisar a ver qué vamos hacer con el Partido de la U y si este va a ser un partido con inspiración en el pensamiento político de Uribe o no (…) si La U no tiene un componente filosófico político en el pensamiento del expresidente, me parece que no sería viable su continuidad”.
En respuesta a Vélez, el senador Armando Benedetti dijo que “al senador antioqueño se le olvida que La U lo fundó Santos con el espíritu de Uribe”.
Comentario 1: (En teoría) un partido político se guía por una filosofía claramente definida y no por una persona, cuyo pensamiento puede variar con el paso del tiempo. Vaya uno a explicarle esto a los uribestias.
Comentario 2: no existe tal cosa como "pensamiento ideológico de Uribe". El pensamiento ideológico de Uribe es el pensamiento teoconservador: despectivo con la Ciencia, de aprecio al dinero, de desprecio por la vida, de blancos-y-negros, de imposición religiosa -en contubernio con la Iglesia Católica- y de creer que se está por encima de las leyes por pertenecer a ese horripilante culto.
Y ya que estamos hablando de godos y el acuerdo sobre lo fundamental, el impresentable senador Juan Manuel Corzo revivió la compra de carros para los senadores por parte del erario (es que los más de 15 millones de pesos que gana mensualmente no le alcanzan):
El Congreso de la República reactivó este miércoles el proceso de compra de vehículos para los 102 Senadores del país.
El presidente del Senado, Juan Manuel Corzo, confirmó que nombró de gerente a Jesús María Carrillo, expresidente del Consejo de Estado.
Ya el mismo Corzo pidió acompañamiento de la Procuraduría y la Contraloría, y por eso, se limitó a remitir al gerente para que sea consultado sobre cómo va el proceso.
Y en otros acuerdos sobre lo fundamental, el Congreso, que tiene varios miembros investigados por parapolítica, está aprovechando la reforma a la justicia para deformar la justicia:
El presidente de la Sala Administrativa del Consejo Superior de la Judicatura, Néstor Raúl Correa, cuestionó nuevamente el proyecto de reforma a la justicia que se debate por estos días en el Congreso de la República asegurando que beneficia únicamente a los políticos investigados y no a la ciudadanía.
En este sentido señaló que existen serias irregularidades en este proyecto, que no solucionan los problemas que tiene la administración de justicia en la actualidad que por lo contrario solamente benefician a unos pocos.
Y hablando de conservadores, no podía faltar el cretino de Alejandro Ordóñez, quien comete delitos impunemente porque los magistrados de la Corte Constitucional le tienen pánico y fallan siempre a su favor. Por ejemplo, esa patética excusa de ser humano que es Ordóñez utiliza su puesto como mandamás de la Procuraduría para conseguir los nombres de las mujeres que han abortado, para estigmatizarlas y, de ser posible, empezarles procesos penales. La Corte, al enterarse, ordenó que los datos no sean entregados, que se proteja a las mujeres y que se investigue a los funcionarios judiciales que hayan accedido a la petición de la Procuraduría:
En una trascendental decisión, la Corte Constitucional llamó la atención sobre las últimas solicitudes de la Procuraduría para conocer los nombres e información de las mujeres que han recibido el aval de los jueces para la práctica de abortos.
El alto tribunal consideró que los funcionarios judiciales como jueces y fiscales no pueden entregar información a la Procuraduría o a otro ente y organismo, sobre la identidad de mujeres que hayan solicitado la interrupción voluntaria del embarazo.
¿Y por qué no compulsan copias para que se investigue a Ordóñez y sus asquerosos esbirros de la Procuraduría?
Y ya que hablamos de religiosos fanáticos e intolerantes en política, siempre podemos contar con que el partido cristiano MIRA se oponga a la legalización de las drogas:
Legalizar las drogas es aumentar la producción, incrementar el consumo y acelerar la pérdida de valores. Tenemos que crear políticas de reducción del daño y disminución del riesgo.
Desde el Movimiento Político MIRA hacemos un llamado a las autoridades y a la sociedad en general para que trabajemos conjuntamente en la recuperación de los valores de la familia, “Necesitamos una dosis, pero de valores”.
No. Lo que a Colombia le falta, más bien, es separar a las personas con estúpidas supersticiones y retrógradas ideologías de los cargos públicos tanto como sea posible.
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