En el papel, Colombia es un Estado laico, lo que significa que la educación pública debería estar libre de las garras de la superstición y formar ciudadanos racionales. Claramente, esta meta está lejos de cumplirse.
Por ejemplo, la Universidad de Antioquia no ha desaprovechado varias oportunidades para promover pseudociencia, magufadas, y hasta la religión ha sido parte del menú.
Pero ahora acaban de tocar un nuevo fondo con la inauguración de su primera iglesia protestante, que no oculta su propósito sectario y adoctrinador: