Cada tanto aparece un estudio que confirma que jugar videojuegos violentos genera una conducta violenta.
Lo que no suele tener tanta publicidad es que siempre, esos estudios se encuentran con otros similares que llegan a la conclusión exactamente opuesta. En otras palabras: la relación de causalidad no se ha probado, porque no se puede probar que exista lo que no existe.
Sin embargo, una vez más nos encontramos con la propuesta de un congresista gringo que quiere etiquetar todas las cajas de los videojuegos como si de cajetillas de cigarrillos se tratara. Los cigarrillos incrementan el riesgo de enfermedades respiratorias y cáncer, los videojuegos no convierten a nadie en un psicópata.
Es una propuesta absurda y no espero más de un político, sin embargo, siguiendo ese orden de ideas deberíamos etiquetarlo todo. Que nuestras boletas de cine vengan marcadas. También los libros de medicina (te dan las herramientas para acabar con la vida). Los diarios (todos los días muere alguien de forma violenta, hay alguna revolución o algunas personas cuyo atroz crimen ese día fue correr con la mala fortuna de pasar por enfrente de un dictadorzuelo que se levantó con malas pulgas). Los noticieros. Deberían exigirle a CNN, BBC, Al-Jazeera y todas las cadenas de noticias que al lado de sus logos advirtieran que acceder a su información puede resultar en la potencial generación de psicópatas.
Mejor aún: marquen los cuentos de hadas. Que no haya ninguna Biblia, ningún Corán ni una sola Torá que no venga con la etiqueta de advertencia. Contiene versos que describen e incluso incitan al suicidio, incesto, bestialismo, sadomasoquismo, actividades sexuales en entornos violentos, uso de drogas o alcohol, venganza, actos criminales y otras violaciones de Derechos Humanos.
Lo que no suele tener tanta publicidad es que siempre, esos estudios se encuentran con otros similares que llegan a la conclusión exactamente opuesta. En otras palabras: la relación de causalidad no se ha probado, porque no se puede probar que exista lo que no existe.
Sin embargo, una vez más nos encontramos con la propuesta de un congresista gringo que quiere etiquetar todas las cajas de los videojuegos como si de cajetillas de cigarrillos se tratara. Los cigarrillos incrementan el riesgo de enfermedades respiratorias y cáncer, los videojuegos no convierten a nadie en un psicópata.
Es una propuesta absurda y no espero más de un político, sin embargo, siguiendo ese orden de ideas deberíamos etiquetarlo todo. Que nuestras boletas de cine vengan marcadas. También los libros de medicina (te dan las herramientas para acabar con la vida). Los diarios (todos los días muere alguien de forma violenta, hay alguna revolución o algunas personas cuyo atroz crimen ese día fue correr con la mala fortuna de pasar por enfrente de un dictadorzuelo que se levantó con malas pulgas). Los noticieros. Deberían exigirle a CNN, BBC, Al-Jazeera y todas las cadenas de noticias que al lado de sus logos advirtieran que acceder a su información puede resultar en la potencial generación de psicópatas.
Mejor aún: marquen los cuentos de hadas. Que no haya ninguna Biblia, ningún Corán ni una sola Torá que no venga con la etiqueta de advertencia. Contiene versos que describen e incluso incitan al suicidio, incesto, bestialismo, sadomasoquismo, actividades sexuales en entornos violentos, uso de drogas o alcohol, venganza, actos criminales y otras violaciones de Derechos Humanos.
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