La Corte Constitucional parece estar saliendo de ese lapsus cobarde y pusilánime en el que absolvieron al procurador Ordóñez y estar volviendo a sus cabales. Ahora le han concedido el derecho a herdear la pensión de superviviente a las parejas homosexuales. Este es un paso, de muchos que faltan, en la dirección correcta.
Pues la Iglesia se dio cuenta de ello y, por supuesto, no le gusta:
Yo espero que allá lleguemos, que este alguna vez pueda ser un país cuyas instituciones no tratan de manera diferente a nadie por el simple hecho de tener un gusto diferente, que todos tengamos los mismos derechos y que no haya unos privilegiados por encima de otros simplemente porque tienen las preferencias históricamente favorecidas.
Lo más irónico de todo esto es que los ignorantes de la Conferencia Episcopal, que no saben leer ni la Constitución, se meten a hablar de las leyes en Colombia:
Pues si quieren ir por ese camino, ¡vamos! En Colombia existe un adefesio de tipo jurídico llamado Concordato que le ofrece privilegios a la Iglesia Católica con los que no cuenta ninguna otra institución religiosa en el país y que viola el laicismo establecido en la Constitución, esa Constitución que estos cavernícolas insisten en conocer mejor que la Corte Constitucional.
¿Y qué les parece esto como adefesio jurídico: la Iglesia no paga impuestos en Colombia y sin embargo insiste en moldear la política pública? ¿Y qué tal este otro adefesio jurídico: el dinero que los homosexuales pagan en impuestos vale lo mismo que el de cualquiera de nosotros, sin embargo con esos impuestos se mantienen instituciones que los tratan de manera discriminatoria? ¿Qué hay de esos adefesios jurídicos?
Pues la Iglesia se dio cuenta de ello y, por supuesto, no le gusta:
Al conocer el trascendental fallo que sobre el tema emitió la Corte Constitucional, el secretario general de la Conferencia Episcopal, monseñor Juan Vicente Córdoba, dijo que “la familia en Colombia es entre hombre y mujer…que se reúnan a vivir tres hombres juntos, eso no es familia; que se reúnan dos amigas a vivir juntas, eso no es familia; eso se llama grupos de amigos viviendo juntos”.
“La Corte le llama a eso familia y la palabra familia en Colombia en el artículo 42 de la Constitución dice que ésta se compone de hombre y mujer”, aseguró el prelado en evidente tono de malestar.
Además, según monseñor Córdoba, para la Iglesia no sería para nada raro que la Corte Constitucional termine concluyendo que las parejas del mismo sexo pueden adoptar.
Yo espero que allá lleguemos, que este alguna vez pueda ser un país cuyas instituciones no tratan de manera diferente a nadie por el simple hecho de tener un gusto diferente, que todos tengamos los mismos derechos y que no haya unos privilegiados por encima de otros simplemente porque tienen las preferencias históricamente favorecidas.
Lo más irónico de todo esto es que los ignorantes de la Conferencia Episcopal, que no saben leer ni la Constitución, se meten a hablar de las leyes en Colombia:
La Corte está dando unos pasos a manera de cascada, que un paso trae el otro y (los magistrados) están haciendo lo que quieren (...) la Corte legislando, imagínense que adefesio de tipo jurídico y de tipo constitucional en el país”, dijo en diálogo con RCN.
Pues si quieren ir por ese camino, ¡vamos! En Colombia existe un adefesio de tipo jurídico llamado Concordato que le ofrece privilegios a la Iglesia Católica con los que no cuenta ninguna otra institución religiosa en el país y que viola el laicismo establecido en la Constitución, esa Constitución que estos cavernícolas insisten en conocer mejor que la Corte Constitucional.
¿Y qué les parece esto como adefesio jurídico: la Iglesia no paga impuestos en Colombia y sin embargo insiste en moldear la política pública? ¿Y qué tal este otro adefesio jurídico: el dinero que los homosexuales pagan en impuestos vale lo mismo que el de cualquiera de nosotros, sin embargo con esos impuestos se mantienen instituciones que los tratan de manera discriminatoria? ¿Qué hay de esos adefesios jurídicos?
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