La portada Charlie Hebdo en el aniversario del ataque (y la hipócrita indignación del Vaticano)

Hoy se cumple un año del ataque terrorista que los hermanos Kouachi hicieron en las oficinas de Charlie Hebdo en nombre de su pestilente dios. A pesar de que la revista tomó la lamentable aunque comprensible decisión de no volver a dibujar a Mahoma, no habían dicho nada de Alá.

Así que esta es la portada del primer aniversario del ataque:



Una figura de dios, con un Kalashnikov al hombro y el titular: "1 año después: El asesino sigue suelto".

Pues en la Vaticueva, la publicación no les hizo ni cinco de gracia:

En un comentario, el diario vaticano L'Osservatore Romano dijo que este tipo de tratamiento hacia la religión "no es nuevo" — y destacó que figuras religiosas han varias ocasiones condenado la violencia en nombre de Dios.

"Detrás de la bandera engañosa del laicismo intransigente, el semanario está olvidando una vez más lo que los líderes de todas las religiones repiten sin cesar de rechazar la violencia en nombre de la religión — usar a Dios para justificar el odio es una verdadera blasfemia, como ha dicho el papa Francisco en varias ocasiones", decía.

El comentario añadió: "En la elección de Charlie Hebdo, existe la triste paradoja de un mundo que es cada vez más sensible acerca de ser políticamente correcto, casi hasta el punto del ridículo, pero no quiere reconocer o respetar la fe de los creyentes en Dios, independientemente de la religión".

Yo reconozco la fe de los creyentes en dioses, pero no la respeto — es que no se respeta las creencias.

En cuanto a "rechazar la violencia en nombre de la religión", ¿quiénes son los líderes católicos para decir qué es blasfemia en el islam? Es más, el concepto de blasfemia sólo le aplica a los creyentes; los librepensadores no tenemos que autocensurarnos para complacer la ignorancia o sensibilidad ajena.

Por si fuera poco, podemos recordar las palabras del mismo papa Francisco hace exactamente un año, donde hizo apología de la violencia en nombre de dios:

Si el doctor Gasbarri [que estaba en ese momento a su lado], dice una mala palabra en contra de mi mamá, puede esperarse un puñetazo... ¡Es normal!.

Si eso es rechazar la violencia en nombre de la religión, no me quiero imaginar cómo sería si la aceptaran.