domingo, 1 de mayo de 2016

Por qué no compro orgánico y tal vez tú tampoco quieras



Traducción libre del artículo original de Steven Savage, publicado en Forbes:



No compro alimentos orgánicos. De hecho me específicamente evito hacerlo. No es mi lugar de decirle a nadie lo que debe hacer, pero me gustaría exponer tres factores considerados seriamente que han dado forma a mi postura personal sobre lo orgánico:

  1. Confianza informada de que es seguro comprar alimentos "convencionales"

  2. Reconocer que algunas de las mejores prácticas agrícolas desde una perspectiva ambiental no siempre son permitidas o prácticas bajo las reglas orgánicas

  3. Un problema ético con las tácticas que emplean algunos defensores y comerciantes de lo orgánico con las que tergiversan seriamente a su competencia "convencional"

Durante los últimos 40 años, mi esposa y yo hemos compartido el hacer las compras y la cocina para nuestras comidas, que en su mayoría son en el hogar. Siempre hemos hecho jardinería, pero también compramos en tiendas gran parte de nuestras frutas y verduras —en las cuales nuestra dieta es rica—. Cuando digo que no compro orgánico, eso implica decisiones frecuentes.

Por derecho propio yo debería ser un entusiasta defensor y consumidor orgánico. Fui un niño de la generación influida por "Primavera silenciosa". Fui un miembro cotizante de la Wilderness Society en bachillerato. Crecí ayudando a mi querido abuelo en su jardín orgánico en los Sesenta. Algunos de nuestros mejores amigos en la década de los Setenta fueron pioneros en el desarrollo de la industria orgánica comercial. He pasado una proporción significativa de mi carrera desarrollando plaguicidas biológicos y a base de productos naturales que son aplicables a la producción orgánica. Aprecio plenamente la contribución que el movimiento orgánico hizo a principios del siglo 20, cuando puso de relieve la importancia de fomentar salud de la tierra. Mis problemas con lo orgánico institucional no son en absoluto sobre sus ideas fundacionales o sobre los agricultores orgánicos, sino más bien sobre las limitaciones autoimpuestas de lo orgánico y sobre la ética de un subconjunto de sus promotores.

Confianza en el suministro de alimentos convencionales


El Departamento de Agricultura de EEUU (USDA), que supervisa los alimentos etiquetados como "Certificado Orgánico", afirma claramente en su sitio web sobre su papel en lo orgánico, que "Nuestras normativas no se ocupan de la seguridad alimentaria o la nutrición". Los alimentos etiquetados "Certificado Orgánico" deben cumplir con ciertas reglas y regulaciones, pero no están dotados de funciones nutricionales o de seguridad particulares. Sin embargo, muchos consumidores creen que la etiqueta orgánica significa que el alimento tiene una nutrición superior y es más seguro, sobre todo en lo que respecta a los residuos de pesticidas. Esto no es cierto. Los estudios no han mostrado ninguna diferencia apreciable en la nutrición entre los cultivos ya sean orgánicos o convencionales.

En cuanto al problema de inocuidad. Cuando la mayoría de la gente oye la palabra "pesticida", se imagina algo terrorífico en términos de toxicidad para los humanos y el medio ambiente. La realidad es que la agricultura moderna emplea un conjunto integrado de medidas de control sin pesticidas, y los pesticidas que se usan realmente en la actualidad son en su mayoría relativamente no-tóxicos para los seres humanos. Los agricultores orgánicos también usan pesticidas, y los productos que están autorizados a utilizar están limitados con pocas excepciones, por si pueden ser considerados "naturales". Ese no es un estándar de seguridad ya que muchos de los productos químicos más tóxicos conocidos son "naturales". Al igual que todos los pesticidas, estas opciones naturales están sujetas al escrutinio de la EPA, y así los pesticidas que los agricultores orgánicos están autorizados a utilizar son "seguros cuando se usan de acuerdo con los requisitos de la etiqueta", que es el mismo estándar para los pesticidas sintéticos permitidos en los cultivos convencionales. Cuando se trata de residuos de plaguicidas en los alimentos, hay un programa de pruebas del USDA que año tras año demuestra que los residuos de pesticidas en alimentos tanto orgánicos como convencionales están en niveles tan bajos que no tenemos que preocuparnos por ellos. Yo compro confiadamente los alimentos no orgánicos basado en estos datos públicos que demuestran que nuestro sistema está funcionando y que los consumidores están bien protegidos.

Lo que los datos del USDA demuestran es que el movimiento ambiental no fue un fracaso — ¡efectuó un cambio real en las últimos 5 décadas! No tenemos un suministro de alimentos de dos niveles en términos de seguridad en el que sólo los que pueden pagar por calidad consiguen comida segura. También creo en el consenso científico global de que los alimentos "transgénicos" son seguros, y por eso no necesito comprar productos orgánicos para evitarlos.

Idealismo ambiental


Siempre he estado preocupado por el impacto humano sobre el medio ambiente, y en particular sobre el impacto de la agricultura, ya que la industria tiene la mayor "huella" en términos de superficie. Me paso mucho tiempo leyendo la literatura científica en relación con la agricultura y el medio ambiente. Algunas de las prácticas agrícolas que se emplean comúnmente en las granjas orgánicas son muy positivas desde el punto de vista ambiental, pero esas prácticas también son utilizadas por los cultivadores "convencionales" progresistas. También hay un buen número de prácticas agrícolas con excelentes perfiles ambientales que son difíciles de implementar en virtud de las reglas de la agricultura orgánica (por ejemplo, la siembra directa, la alimentación con cuchara de nutrientes mediante la irrigación). El compost, que es un insumo importante para las granjas orgánicas, tiene una "huella de carbono" sorprendentemente alta a causa de las emisiones de metano. La huella de carbono de fertilizante "sintético" es mucho menor.

Desde una perspectiva ambiental, el mayor problema para lo orgánico es que requiere significativamente más tierra para lograr el mismo nivel de producción. Si lo orgánico se volviera más que una categoría de nicho, esta brecha de rendimiento sería muy problemática desde el punto de vista ambiental. Prefiero comprar alimentos en los sistemas de cultivo "ahorradores de tierra".

Motivos éticos


Mi tercera razón para no comprar orgánico tiene que ver con la ética. Lo orgánico existe como una especie de "super marca" que trasciende a cualquier persona que comercialice bajo esa bandera. Por desgracia, dentro del reino de lo orgánico hay ciertos vendedores principales (y los grupos de apoyo que estos financian) que emplean mensajes basados en el miedo y en la falsedad para satanizar los alimentos "convencionales". Ellos usan estos métodos como un medio para promover lo orgánico. Uno de los ejemplos más notorios es el video de "Old McDonald/New McDonald", financiado por Only Organic — un consorcio de grandes comercializadores orgánicos. Esta estrafalaria pieza publicitaria explota a los niños para representar una visión completamente distorsionada de la agricultura convencional. Considero que es "discurso del odio con ánimo de lucro". Otro ejemplo es el Grupo de Trabajo Ambiental, financiado por la industria orgánica, que distorsiona groseramente la transparente base de datos pública del USDA que documenta la seguridad del suministro de alimentos y la convierte en una "lista de los 12 sucios", diseñada para impulsar las ventas orgánicas. Estos son ejemplos extremos, pero la comunidad de la comercialización orgánica en su conjunto se beneficia en silencio de este tipo de propaganda y no hace nada para corregir la "ficción conveniente" de que lo orgánico significa sin pesticidas. Soy consciente de que sólo una parte de la industria orgánica financia y promueve la más viciosa clase de desinformación, pero rara vez veo a los representantes orgánicos levantarse y oponerse a la clase de alarmismo que finalmente beneficia las ventas para toda la super-marca.

Los mensajes basados en el miedo llevan a la intensa presión social que, en particular, sienten los padres, sobre si tienen que comprar productos orgánicos. No quiero tener que ver nada con recompensar a este tipo de comercialización basada en el miedo/la vergüenza. En ausencia de una objeción significativa de más miembros de la comunidad orgánica, no quiero apoyar la "super marca".

Así que estas son mis razones para no comprar productos orgánicos. Me siento perfectamente cómodo comprando las alternativas que se alinean con mis estándares prácticos, idealistas y éticos.

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Publicado en De Avanzada por David Osorio

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