El fin de semana, la Asociación Guatemalteca de Humanistas Seculares (AGHS) publicó este interesante video que recopila datos importantes sobre el declive de la religión en el mundo en los últimos años:
Muchos de los datos presentados ya los hemos revisado aquí: la mayoría atea en Noruega, el descenso de religiosidad en Inglaterra e Islandia (aunque el dato del 0% sólo aplica a los menores de 25 años) y la disminución de la misma en América Latina —teniendo en cuenta que la región sigue estando a años luz de la civilización—.
El declive de las religiones en el mundo es una buena noticia, aunque yo todavía no me uno al coro de voces que ya anuncian una fecha para la desaparición total de las religiones — soy más de cantar victoria cuando ya ha sucedido.
En todo caso, no se pueden desconocer las ventajas de que haya más personas pertenecientes a esa insípida y perezosa etiqueta de "espiritual" o que creen "en dios pero no en la iglesia": significa que a pesar de que estas personas se siguen aferrando a supersticiones ridículas y creencias absurdas, los clérigos cuentan con menos borreguitos para incidir políticamente. Y entre menos fuerza tenga la religión en las políticas públicas, mejor para todos.
Aunque eso no quiere decir que nuestro trabajo aquí haya acabado. Difícilmente. Mientras haya personas que se aferren a creencias religiosas o "espirituales", sus procesos de toma de decisiones posiblemente seguirán causando sufrimiento evitable e innecesario, por lo que seguiremos luchando contra la superstición, organizada o no.
Parafraseando a Sam Harris, nunca ninguna sociedad se ha visto perjudicada por volverse demasiado racional, por lo que ese seguirá siendo nuestro objetivo aún cuando hayamos superado la mayor lacra de todas, la religión organizada.
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Publicado en De Avanzada por David Osorio
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