La semana pasada, el New York Times publicó un artículo de Danny Hakim en el que siembra dudas sobre los beneficios de los cultivos transgénicos, después de hacer una comparación entre su aplicación en EEUU y Europa Occidental. El Times publicó una versión en español, que más o menos traduce fielmente el artículo original.
Sin embargo, el artículo —y sus conclusiones— tienen muuuuuuchos problemas. A saber:
- En su comparación, el Times no controló variables como el clima, las pestes, los suelos, la economía y las técnicas agrícolas; lo que hace que la comparación entre EEUU y Europa sea completamente inútil.
- El artículo del Times cita selectivamente las conclusiones de la Academia Nacional de las Ciencias: el diario menciona que no hay mucha evidencia de que los transgénicos provoquen un aumento en los rendimientos de los cultivos. Sin embargo, muy convenientemente, a Hakim se le pasó mencionar que los transgénicos sí han aumentado los rendimientos en donde se mejoró el control de malezas y cuando la presión de plagas era alta.
- Además, la acusación de no incrementar los rendimientos de los cultivos es una falacia de pista falsa, porque esas aplicaciones (para cultivos inmunes a herbicidas y resistentes a plagas) no fueron hechas para incrementar los rendimientos, sino para mejorar los ingresos de los agricultores.
- Y en eso, las aplicaciones han cumplido. Entre lo que omite la nota del Times, esta que los transgénicos sí han traído resultados económicos positivos para los agricultores... tal como recogió la revisión de la Academia Nacional de Ciencias.
- El autor tampoco tuvo en cuenta los países en vías de desarrollo, donde los transgénicos sí han significado una mejora tanto en los rendimientos de los cultivos como en los ingresos de los agricultores.
- Hakim menciona que el uso de herbicidas y plaguicidas en la muy antitransgénica Francia se ha reducido considerablemente, mientras que ese no ha sido el caso en EEUU, donde los cultivos transgénicos son permitidos. El problema, claro, es que Francia empezó con unos niveles de aplicación de pesticidas muy altos, que hasta ahora empiezan a llegar a los niveles que su utilizan en EEUU.
- En ese mismo tenor, Hakim citó selectivamente el caso de Francia, pero resulta que en otros países de Europa Occidental, el uso de pesticidas está aumentando. Curioso que Hakim no dijo ni mú sobre esos países, que rechazan los transgénicos.
- Hakim comete otro grave error: trata a los transgénicos como una entidad monolítica, lo que sesga cualquier conclusión al respecto — lo ideal es evaluar cada cultivo transgénico de manera independiente, para poder hacer una valoración útil, de sus posibles riesgos y beneficios.
- Según Hakim, la promesa transgénica era hacer los cultivos inmunes a los herbicidas y resistentes a muchas plagas. Se equivoca: la promesa transgénica, era proporcionar una herramienta para que los científicos agrícolas hagan cambios más rápidos y más específicos a los cultivares, y la tecnología ha cumplido completamente esa promesa.
Es bueno que en su artículo en el New York Times, Danny Hakim se alejó de la típica narrativa antitransgénica e, incluso, reconoció que los transgénicos son igual de nutritivos que los alimentos convencionales, y no conllevan ningún riesgo intrínseco, pero su honestidad intelectual sólo llegó hasta ahí — lamentablemente, Hakim sí cayó en una narrativa antitransgénica más sutil, que pretende negar cualquier beneficio derivado de la modificación genética.
Supongo que la rigurosidad sale por la ventana cuando las conclusiones del artículo se han determinado antes de que la idea llegue siquiera a la sala de redacción.
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Publicado en De Avanzada por David Osorio
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