En 2015, el papa Frank autorizó temporalmente a los sacerdotes para que perdonaran los abortos — potestad que, hasta entonces, estaba reservada exclusivamente para los obispos.
Ayer, el Papa extendió la autorización de manera permanente:
El papa Francisco anunció este lunes que dará a todos los sacerdotes católicos romanos la potestad de perdonar casos de aborto, una facultad previamente reservada a obispos o confesores con un estatus especial.
[...]
El Papa dijo que insiste "tan firmemente como pueda en que el aborto es un pecado grave ya que termina con una vida inocente", aunque "no existe pecado que la misericordia de Dios no pueda alcanzar y limpiar cuando encuentra un corazón arrepentido que busca reconciliarse (con Dios)".
Igual que hace un año, esto no tiene ningún sentido: las mujeres deciden sobre sus cuerpos e interrumpir el embarazo es un derecho, así que ni el Papa, ni dios, ni ningún colega de pederastas puede juzgar eso.
Si esto le quita un peso de encima a las católicas que han abortado, muy bien; pero no podemos perder de vista que, para empezar, jamás deberían haber cargado con ese sentimiento de culpa.
Y a mí me trae muy sin cuidado lo que el Papa haga y deshaga con la Iglesia. Lo que quiero saber realmente es: ¿cuándo dejarán de pretender que la política pública de países que no son el Vaticano debe castigar con cárcel lo que ellos consideran pecado?
(imagen: DonkeyHotey)
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Publicado en De Avanzada por David Osorio
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