En la
audiencia ante la CIDH por la persecución religiosa orquestrada desde la Procuraduría General de la Nación en cabeza de
Alejandro Ordóñez, el intento de defensa de
Ilva Myriam Hoyos consistió en negar que hubiera una persecución con agenda religiosa.
Como no es de extrañar de los católicos más fundamentalistas y lunáticos,
era mentira: