Ante el estreno de la película Colombiana, un grupo de colombianos, como de costumbre, se pusieron a alegar, preocupados por la imagen que la película pueda reflejar sobre sus compatriotas y sobre la mujer colombiana:
Por supuesto que lo pueden hacer. Yo sería la última persona en oponerme a que ejerzan su libertad de expresión. Sin embargo, aquí ejerzo el mío, criticando el contenido del de ellos.
En primer lugar, sería bueno que buscaran qué es el efecto Streisand. A esa película que tanto les incomoda, le están dando más publicidad de la que quisieran. Yo, que todos los días leo prensa cultural y de séptimo arte, ni siquiera sabía de la existencia del proyecto. Ahora la veré.
Eso es algo que perfectamente podría pasar en cualquier lugar del mundo. De hecho existen muchas películas, la mayoría de pésima factura, con un arco narrativo similar y con efectos similares y seguramente con finales similares. Y no es que esas películas retraten mal a los grupos sociales que comparten las cualificaciones del protagonista.
Un breve comentario sobre los estereotipos: son ciertos. Habrá a quien no le guste, pero esa es la verdad. El verdadero problema con los estereotipos es que son incompletos. Pero existen en Colombia muchas mujeres sicarias y eso no va a dejar de ser verdad simplemente porque nos esforcemos por tratar de mostrarle al mundo exclusivamente las cosas positivas del país. A mí tampoco me gusta, pero Colombia tiene mucho de Banana Republic y lo mejor que podemos hacer al respecto no es llorar porque los demás también se dan cuenta, sino efectivamente hacer algo.
Me parece bien. Empezar por respetar la libertad de expresión y el libre mercado de ideas me parece fantástico.
Más razón por la que no le veo el sentido a la campaña. Aquí hay niños que se quedan sin padres y padres que se quedan sin niños y eso es gracias a la violencia dentro del país. No podemos simplemente tapar el sol con los dedos.
Me gustaría saber de dónde saca esas cifras y qué es lo que entiende exactamente por "malas conductas". Más allá de eso, se está divulgando una realidad que sí es. A mí tampoco me gusta, pero con negarlo no va a dejar de ser menos realidad.
Estamos en el país en que un presidente interceptó ilegalmente a la oposición y a miembros del parlamento y las cortes, en que cada semana se destapa un nuevo escándalo de corrupción a tal velocidad que ya no quedarán instituciones limpias cuando termine el año; un país en donde una senadora de la República defendió al director técnico de la Selección Colombia que en estado de alicoramiento golpeó a una mujer, un país en donde se cambian los "articulitos" de la Constitución más fácilmente que los artículos de prensa en los portales de Internet, un país en donde miembros de la Rama Judicial persiguen a valientes periodistas que sacan sus trapos sucios y donde el supuesto defensor de los derechos humanos de los ciudadanos es la reencarnación de Torquemada.
¿Qué pensarán estos grupos de largometrajes como Rosario Tijeras y María llena eres de gracia?
Varios grupos de colombianos distribuyeron el viernes en 16 cines de Nueva York panfletos que muestren una imagen positiva de su país a los espectadores de 'Colombiana', la película de Sony Pictures con Zoe Saldaña que se estrenó el mismo día.
Por supuesto que lo pueden hacer. Yo sería la última persona en oponerme a que ejerzan su libertad de expresión. Sin embargo, aquí ejerzo el mío, criticando el contenido del de ellos.
En primer lugar, sería bueno que buscaran qué es el efecto Streisand. A esa película que tanto les incomoda, le están dando más publicidad de la que quisieran. Yo, que todos los días leo prensa cultural y de séptimo arte, ni siquiera sabía de la existencia del proyecto. Ahora la veré.
Los grupos denunciaron que el largometraje denigra la imagen de la mujer colombiana.
En el filme, la actriz de origen dominicano interpreta a una mujer nacida en Bogotá que es testigo a los 10 años del brutal asesinato de sus padres por los secuaces de un capo de la droga. La protagonista, llamada Cataleya Restrepo, se hace asesina profesional y se dedica a vengar la muerte de sus progenitores.
Eso es algo que perfectamente podría pasar en cualquier lugar del mundo. De hecho existen muchas películas, la mayoría de pésima factura, con un arco narrativo similar y con efectos similares y seguramente con finales similares. Y no es que esas películas retraten mal a los grupos sociales que comparten las cualificaciones del protagonista.
Plaza dijo que la campaña que era una protesta para evitar estereotipos.
"Queremos hablar de la parte positiva de Colombia. El nombre de la película estereotipa a la mujer colombiana como sicaria", dijo Plaza. "No se puede generalizar con el nombre de 'colombiana', tal y como se está haciendo".
Un breve comentario sobre los estereotipos: son ciertos. Habrá a quien no le guste, pero esa es la verdad. El verdadero problema con los estereotipos es que son incompletos. Pero existen en Colombia muchas mujeres sicarias y eso no va a dejar de ser verdad simplemente porque nos esforcemos por tratar de mostrarle al mundo exclusivamente las cosas positivas del país. A mí tampoco me gusta, pero Colombia tiene mucho de Banana Republic y lo mejor que podemos hacer al respecto no es llorar porque los demás también se dan cuenta, sino efectivamente hacer algo.
"No estamos en contra de la película, ni de Zoe Saldaña, pero queremos mostrar el otro lado de Colombia", dijo Rosario. "No es sólo la guerra, la droga (...) sino que hay muchos aspectos positivos".
Me parece bien. Empezar por respetar la libertad de expresión y el libre mercado de ideas me parece fantástico.
La propia Saldaña dijo esta semana que la película no daña la imagen del país sudamericano porque no trata sobre la violencia por el narco, ni plantea generalizaciones.
"No tiene nada que ver con carteles ni con drogas. Sólo habla de personas malas, y todo país, barrio o cuadra tiene un malo. Dicho esto, no creo que estamos cayendo en generalizaciones", dijo el miércoles la actriz nacida en Nueva Jersey y criada en Queens.
El largometraje, dirigido por el francés Olivier Megaton, alude a Colombia al principio, pero está ambientado en Estados Unidos.
Más razón por la que no le veo el sentido a la campaña. Aquí hay niños que se quedan sin padres y padres que se quedan sin niños y eso es gracias a la violencia dentro del país. No podemos simplemente tapar el sol con los dedos.
El colombiano Adolfo Sánchez, dijo que, aunque no ha visto la película, ésta no parece retratar bien a los ciudadanos de su país. Sánchez es socio del Centro Cívico Colombiano, en Queens, pero no habló en nombre de la organización, sino como colombiano nacido en Cúcuta.
"Colombia tiene 45 o 46 millones de colombianos y menos del 1% tienen malas conductas", señaló. "Estoy en contra de que se divulgue una realidad que no es".
Me gustaría saber de dónde saca esas cifras y qué es lo que entiende exactamente por "malas conductas". Más allá de eso, se está divulgando una realidad que sí es. A mí tampoco me gusta, pero con negarlo no va a dejar de ser menos realidad.
Estamos en el país en que un presidente interceptó ilegalmente a la oposición y a miembros del parlamento y las cortes, en que cada semana se destapa un nuevo escándalo de corrupción a tal velocidad que ya no quedarán instituciones limpias cuando termine el año; un país en donde una senadora de la República defendió al director técnico de la Selección Colombia que en estado de alicoramiento golpeó a una mujer, un país en donde se cambian los "articulitos" de la Constitución más fácilmente que los artículos de prensa en los portales de Internet, un país en donde miembros de la Rama Judicial persiguen a valientes periodistas que sacan sus trapos sucios y donde el supuesto defensor de los derechos humanos de los ciudadanos es la reencarnación de Torquemada.
¿Qué pensarán estos grupos de largometrajes como Rosario Tijeras y María llena eres de gracia?
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