Una de las acusaciones formuladas contra los naturalistas es que despojamos al mundo de lo sobrenatural (y lo hacen sonar como si fuera algo malo). De hecho, que comprendamos la existencia como sinónimo de materialidad es anatema para algunas personas, que no dudarán en llamarnos positivistas y otras cosas que se supone que son malas.
A pesar de esto, de la mejor evidencia disponible se concluye que no existe nada más allá de la materia y la energía — las consecuencias lógicas son varias: por ejemplo arruina las hipótesis del libre albedrío, del alma y de la vida después de la muerte. De allí también se colige que existen bases biológicas de la conducta.
Hace unos días, The Economist publicó una nota que reportaba cómo la comprensión física del síndrome de estrés post-traumático (PTSD, en inglés) está permitiendo desarrollar nuevos y prometedores tratamientos: