La caricatura no-antisemita de Gerald Scarfe

The Sunday Times publicó esta caricatura hecha por Gerald Scarfe el domingo 27 de enero, que es el Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto.

La controversia ("antisemita", "provocador", "racista") no se hizo esperar, y hasta el desagradable Rupert Murdoch se excusó en Twitter diciendo que las caricaturas de Scarfe no representan las posturas editoriales del Sunday Times.

A mí no me parece que la caricatura fuera antisemita, ni racista; más bien se me hace que está en consonancia con el trabajo previo de Scarfe durante los últimos 40 años, con una tendencia al morbo y el gore, con exceso de sangre en sus representaciones de cuanto político ha pasado por su pluma.

Es una caricatura política, que aborda las políticas de Benjamín Netanyahu frente al conflicto árabe-israelí. Ni siquiera se trata de las políticas de Estado de Israel, y mucho menos de los judíos (no hay ni kipás, ni estrellas de David). Y por supuesto que es provocadora, ¿acaso no se trata de eso toda caricatura política?

Pero supongamos que me equivoco: digamos que fuera una caricatura racista, antisemita, motivada por un odio irracional contra los judíos, por el simple hecho de ser judíos. En cualquier caso, siempre queda preguntar: ¿Y qué?

¿Acaso son esos "límites" a la libertad de expresión? (Pista: No. No lo son.) La libertad de expresión consiste, precisamente, en decirle a las personas lo que no quieren oír, lo que la mayoría de las veces consiste en discursos provocativos, impopulares y políticamente incorrectos. Es en estos casos en los que se debería valorar más, por lo que cualquier acusación de 'racista' o 'antisemita' debería servir más bien de escudo, antes que de excusa, frente a los intentos de censura.

¡Y es que ese ni siquiera es el caso! Que la comunidad judía quiera ofenderse por la caricatura, ciertamente es su problema; que jueguen la carta de la víctima y pretendan usarla para censurar ese contenido con el que decidieron ofenderse, es un desconocimiento de las verdaderas víctimas del Holocausto y del antisemitismo.

¡Quién diría que en el día de Conmemoración del Holocausto, sería la misma comunidad judía quien se encargara de escupir la memoria de las víctimas!