El lunes se alabó como 'revolucionario' un sínodo de obispos que, supuestamente, renunciaría a su homofobia. En el informe del sínodo, lo único remotamente 'revolucionario' fue que los clérigos consideran que los "homosexuales tienen grandes dones y cualidades que ofrecerle a la comunidad cristiana".
Eso bastó para que los católicos conservadores reaccionaran furiosamente, consiguiendo que el Vaticano se retracte: