Ayer, la Asociación de Ateos de Bogotá convocó a un plantón para pedir que el sacerdote Jesús Hernán Orjuela, alias padre Chucho, deje de hacer misas en un parque vecinal de Castilla (Bogotá), porque está prohibido (de hecho, Orjuela alquila las sillas en el parque, algo que también está prohibido).
El padre Chucho incitó una turba para que respondieran con amor cristiano (patadas, puños —a uno de los manifestantes le reventaron el labio—, destrucción de las pancartas ¡y hasta destrucción de las cámaras!) y a la Policía, en vez de defender a los manifestantes, no se le ocurrió otra cosa que capturarlos — el comunicado de prensa de la Asociación lo cuenta todo: