lunes, 12 de septiembre de 2011

Cómo NO empezar un país

Cuando se busca acabar con un tirano, lo ideal es que mejoren las condiciones del pueblo. Esto se logra gobernando de la forma que se heredó de la Ilustración, previniendo la autocracia y el absolutismo, características propias de los dictadores.

Pero parece que en Libia esto no lo tienen muy claro. Sacaron a Gadafi, el criminal aferrado al poder y que desconocía varias libertades civiles y ahora van a imponer un gobierno confesional islámico:

"El Islam será la principal fuente de la legislación" en la nueva Libia, declaró el lunes en la noche el presidente del Consejo Nacional de Transición (CNT), Mustafá Abdeljalil, en su primer discurso público en Trípoli.

Cuánto lo siento por la oportunidad que pudieron haber tomado y desperdiciaron vulgarmente de esta manera.

"No aceptaremos ninguna ideología extremista de derecha o de izquierda. Somos un pueblo musulmán, con un islam moderado, y vamos a preservar esa vía", añadió. "Ustedes estarán con nosotros, en contra de todo aquel que trate de robarnos nuestra revolución", enfatizó ante la multitud.

Es que el islam, y cualquier religión, es de derecha. Y la derecha extremista empieza por amputar el laicismo de un Estado que es una garantía para que cada quién pueda practicar la superstición de su gusto, sin que sea perseguida, y también sin que tenga privilegios.

Infortunadamente empiezo a notar tintes totalitarios de conmigo-o-contra mí.

Ya podemos empezar el contador de casos de mujeres quemadas con ácido por salir sin burka, de mujeres apedreadas a muerte por haber sido violadas (?), de homosexuales condenados a la horca por hacer con su vida lo que a bien tuvieron, periodistas encarcelados, fatwas emitidas contra librepensadores y humoristas y niños amputados y deformados por no obedecer a los adultos.

Una batalla más que pierde la civilización contra la sharía.

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