lunes, 5 de septiembre de 2011

Videntes que estafan. ¿No es ese su trabajo?

Creo que cualquier persona que se precie de ser racional sentiría un fresquito de enterarse que un espiritista ha sido acusado de estafador, que un vendedor de aire enfrentará las consecuencias de engañar a los demás, que a un charlatán por fin le caerá todo el peso de la ley.

Y entonces el caso que parecía empezar este sobrecogedor triunfo de la razón y la protección del ingenuo ciudadano incauto y su dinero, de repente empieza a revelar inquietantes irregularidades:

Una familia de Florida (EE.UU.) fue acusada de presuntamente estafar unos 40 millones de dólares en los últimos 20 años haciéndose pasar por videntes con poderes paranormales, informaron medios locales.

Bueno, eso es lo que hacen todas las personas que aseguran ser videntes y tener poderes paranormales: estafar. Hasta ahí parece ser una buena noticia.

La Fiscalía señala que la familia Marks, estadounidense de origen rumano, "operaba una empresa criminal con la adivinación como centro", recoge el diario digital The Miami Herald

Vuelvo y repito: es el caso de todos y cada uno de los adivinadores. ¿Pero que tienen estos estafadores de especial que no pudieron evadir el inexistente control de la ley?

El fiscal Laurence Bardfeld indicó que "leer la fortuna no es un delito", pero sí lo es prometer la devolución de grandes sumas de dinero y no hacerlo, algo que constituye un fraude.

Ahh, eso.

La acusación alega que la familia Marks "ofrecía lecturas videntes que se dirigían finalmente al fraude y por las que pedían a cambio a los clientes miles e incluso millones de dólares que iban a ser usados en ceremonias de oración para eliminar las maldiciones diabólicas", apuntó el rotativo.

No difiere en absolutamente nada con los demás "videntes". Bueno, a lo mejor en la cantidad de dinero.

Los pagos efectuados por los clientes, unas veces de 20.000 dólares y otras de 50.000, rara vez se hacían de una sola vez.

Sigue siendo el modus operandi común y corriente de los timadores de este tipo, que lo repito, son todos. ¡¡No hay tal cosa como poderes paranormales!! Es que ni siquiera existe lo paranormal.

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