miércoles, 24 de septiembre de 2014

En duda hallazgo de inflación cósmica



En marzo, celebramos que el telescopio BICEP2 había obtenido la primera prueba directa de inflación cósmica.

Nuevos datos ponen en duda esa conclusión:

[A]lgunos astrónomos externos dijeron que el grupo había subestimado el grado en que el polvo interestelar podría haber contaminado los resultados — una posibilidad que el grupo reconoció en su informe oficial en junio.

Ahora, un informe muy esperado por los astrónomos ha confirmado esa crítica usando datos del satélite Planck de la Agencia Espacial Europea, llegando a la conclusión de que hubo suficiente polvo en la observación del cielo del Bicep para producir los patrones en espiral sin recurrir a las ondas gravitatorias primordiales.

"Mostramos que, incluso en las regiones más débiles que emiten polvo no hay ventanas 'limpias' del cielo", escribió el equipo del Planck, dirigido por Jean-Loup Puget, del Instituto de Astrofísica de París, en un artículo enviado a la revista Astronomy & Astrophysics y publicado en línea el lunes.

Como resultado, los cosmólogos como el equipo del Bicep no pueden ignorar el polvo en sus cálculos. "Sin embargo", dijo Jonathan Aumont, otro de los autores del Planck, también del instituto de París, "nuestro trabajo no implica que no midieron una señal cosmológica en absoluto. Por otra parte, debido a las muy diferentes técnicas de observación y procesamiento de señales en los experimentos del Bicep2 y del Planck, no podemos decir cuánto de la señal que ellos midieron se debe al polvo" y cuánto a las ondas gravitacionales.

Tanto los científicos del Planck como el grupo del Bicep están de acuerdo en que este no es el final de la historia. Pero la euforia inicial de que los secretos de la inflación y la gravedad cuántica podrían estar a la mano se ha evaporado.

Este desacuerdo no significará el fin de la teoría de la inflación; sólo que será más difícil para los cosmólogos averiguar cómo funciona, pues parece que la mayoría de la señal del Bicep2 era polvo y si las ondas gravitacionales existen, serían más débiles.

(Imagen: write_adam via photopin cc)

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