Esta es la transcripción y traducción de las palabras de Maryam Namazie del 17 de septiembre en la manifestación por una Europa laica:
No le cambio ni una coma.
El laicismo es una exigencia importante. El laicismo es la estricta separación de la religión del estado. No hay 20 definiciones de laicismo. Sé que los grupos religiosos y sus seguidores están tratando de diluir el concepto con el fin de hacer retroceder el laicismo, pero no debemos permitírselo.
Necesitamos el laicismo ahora más que nunca. Lo necesitamos.
Por supuesto, en una sociedad secular las personas religiosas o no religiosas tienen derecho a creer en lo que quieran.
Pero olvidemos que la religión en el estado, y el sistema educativo y judicial no tienen nada que ver con la creencia, sino que tienen que ver con el poder político. Y por lo tanto, esta lucha es en primer lugar una batalla contra la religión en el poder político.
Seamos francos. Existe una exigencia para la separación de la religión del estado, ya que es perjudicial cuando es parte del Estado. Porque como digo a menudo, la religión, así como los cigarrillos debe venir con una advertencia sobre la salud: La Religión Mata. Mata. Y el islam es básico en este debate sobre el laicismo. Es básico; por favor dejemos de andar en puntillas alrededor de él.
En mi opinión, estamos viviendo bajo una inquisición islámica en la actualidad. Este movimiento está colgando a los gays en los centros urbanos y lapidando a muerte a las mujeres en el siglo 21. Esto no es una creencia religiosa privada, es una inquisición islámica.
En lo que se refiere al cristianismo actual, no es que sus postulados, dogmas o principios hayan cambiado desde los tiempos de la inquisición. Su estatus social, su relación con el estado, los sistemas educativo y judicial ha cambiado como resultado de la Ilustración de manera que hoy en día parece -sólo parece- más tierno. Podemos ver a partir del testimonio de la superviviente de abuso sexual Sue Cox y el de los demás lo dañino que sigue siendo en función de su influencia y acceso al poder.
Como he dicho anteriormente, hoy en día el islam no es sólo una creencia personal, sino que es un movimiento político con poder estatal en muchos lugares. Oponerse a la ley islámica y el islamismo o a la burka no es un ataque a las minorías. No olvidemos que el islamismo es un movimiento mundial. Además, no es un ataque a las minorías el defender sus derechos a la igualdad, a la no discriminación y a vivir como ciudadanos iguales ante la ley.
El lobby pro-islamista, incluyendo a algunos en la izquierda, humanistas y feministas siguen excusando los tribunales de la sharía como el derecho del pueblo a la religión. No lo es. En un tribunal de la sharía, el testimonio de una mujer vale la mitad que el de un hombre. Un juez de la sharía ha dicho que "no hay tal cosa como la violación conyugal; la agresión es llamarlo violación". La violencia doméstica es vista como una prerrogativa del marido. La custodia de los hijos se le da al padre a una edad preestablecida, independientemente del bienestar del niño. Esta es la ley islámica de la familia. ¿Aceptarían ustedes la ley canónica para la gente en este país? No. Así que tampoco podemos ni debemos aceptar la sharía o el Beth Din para la gente.
Dicen que la burka es una forma de vestir; sí, si uno acepta el cinturón de castidad como una forma de vestir. Sí, si uno acepta el vendaje de los pies como una forma de calzado, entonces sí, la burka es una forma de vestir. Más bien, es un símbolo de la opresión y la represión de la mujer. ¿Cómo puede apoyarlo alguien que defiende los derechos de las mujeres?
Esto no es una cuestión de identidad: los musulmanes en contra de todos los demás. Se trata de política y elección. Hay muchos musulmanes que son más seculares que la gran mayoría de la gente en Gran Bretaña. Los más grandes opositores al islamismo son las personas que lo viven, que lo sufren y que se resisten a ley de la sharía en el día a día. Tenemos que optar por estar de su lado y apoyarlos.
Esto no es un asunto cultural. De hecho, es racista decir que la gente por haber nacido en Irán, Irak, Afganistán, Arabia Saudita o por que sus abuelos nacieron allí y por que son ciudadanos de varias generaciones no se merecen los mismos derechos que los demás. Eso es racista. No es racista oponerse a la sharía.
Hay una extrema derecha que discrimina a los musulmanes. Tenemos que hacer frente a la extrema derecha. No olvidemos que el islamismo es nuestra extrema derecha. Ellos son uno y el mismo; dos caras de una misma moneda. Tenemos que hacerlos retroceder a ambos.
Tenemos que elegir. Dejemos de andar en puntillas. Hay una ilustración anti-inquisición islámica que tiene lugar en el Medio Oriente y África del Norte. ¿Dónde están los laicos defendiéndola? Tenemos que ser vocales. Ellos impondrán el islamismo sobre las cabezas de las personas que se han resistido y se oponen al islamismo y mostrarán que sus vidas son antitéticas al islamismo. Libia, por ejemplo - como resultado de la intervención de la OTAN, el gobierno de transición ha dicho que impondrá la ley de la sharía. Nosotros los laicos tenemos que decir que no. No se trata de una Europa laica; se trata de un mundo laico.
No se trata de occidente versus oriente. El laicismo es la exigencia de muchas personas que nunca han venido a occidente. Sakineh Mohammadi Ashtiani enfrentándose a la muerte por lapidación en Irán quiere vivir; ella no quiere ser apedreada. Hay que elegir. ¿Elegimos estar del lado de Sakineh o del de la República Islámica de Irán, que quiere lapidarla? ¿Nos aliamos con los tribunales de la sharía en este país o con las mujeres que quieren igualdad?
Los laicos debemos elegir y debemos estar a la vanguardia de la defensa de los derechos de las personas en todas partes contra el islamismo - la inquisición islámica de hoy.
No le cambio ni una coma.
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