Pueden intentar ir a Lourdes, a Fátima o a Guadalupe. Pueden comprar tanta agua supuestamente bendita como les plazca, pero dios no cura a nadie -ni tampoco esos cretinos morales que conforman el santoral-. La prueba más fehaciente es que ningún amputado ha visto que su amigo imaginario le reponga su miembro.
Aún así hay idiotas que creen que dios los curará y en vez de probar suerte con el resfriado común o la fiebre -que tampoco es que deban subestimarse-, esperan que el pestilente y genocida ser los cure de SIDA:
Pues no. Eso, precisamente eso, le costó la vida.
¿Existirá un ejemplo más obvio y sencillo de que la religión mata?
(visto en Richard Dawkins Foundation)
Aún así hay idiotas que creen que dios los curará y en vez de probar suerte con el resfriado común o la fiebre -que tampoco es que deban subestimarse-, esperan que el pestilente y genocida ser los cure de SIDA:
Las mujeres fallecieron después de asistir a iglesias de Londres, donde se les animó a dejar de tomar los medicamentos antirretrovirales creyendo que Dios las sanaría, dijeron, sus amigos y un importante médico del VIH.
En respuesta a la investigación de la BBC de Londres, Lord Fowler, el ex ministro de Salud responsable de la famosa campaña de concientización del SIDA de la década de 1980, condenó la práctica.
"Está mal, es un mal consejo que debería ser confrontado", dijo el interlocutor Tory, que presidió el mes pasado el comité sobre VIH en la Cámara de los Lores.
Jane Iwu, de 48 años, de Newham, al este de Londres, describió un caso diciendo: "Yo sé de una amiga que fue donde una pastora. Ella le dijo que dejara de tomar su medicación - que Dios es un curandero y la ha sanado".
Pues no. Eso, precisamente eso, le costó la vida.
¿Existirá un ejemplo más obvio y sencillo de que la religión mata?
(visto en Richard Dawkins Foundation)
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