miércoles, 2 de julio de 2014

El perdón de John Frank Pinchao



El policía John Frank Pinchao, quien estuvo secuestrado ocho años por las Farc y consiguió escapar hace siete, fue entrevistado por María Isabel Rueda. Esta parte llamó mi atención:

¿Todavía alberga dolor u odio en su corazón?

Creo que el dolor va a ser permanente; las heridas son incurables. Lo del perdón es una cuestión a título personal. Tuve la fortuna de que, durante mi secuestro, cayera en mis manos un libro que le enviaron a mi gran amigo el sargento César Augusto Lasso Monsalve. Un libro religioso, en el que había un capítulo especial, que hablaba sobre el perdón. Ese libro me sirvió demasiado porque me hizo entender que todo ese dolor que la gente le producía a uno había que dejarlo en manos de Dios y que eso le desarmaba el corazón a uno, lo dejaba limpio y le permitía seguir creciendo. Eso fue lo que hice; cogí todo ese rencor, todo ese odio, todo ese dolor, y lo dejé en manos de Dios. Y Dios fue haciendo justicia, la justicia divina. Fue así como los máximos dirigentes de las Farc murieron o fueron dados de baja, mientras otros fueron capturados y están encarcelados; otros más se han entregado a la justicia.

El subintendente Pinchao cuenta con toda mi simpatía, como la tienen todas las víctimas del terrorismo y los miembros de las Fuerzas Armadas que lo combaten.

Pero no puedo dejar de preguntarme qué retorcida noción de justicia contienen los libros que les hacen llegar a los secuestrados. ¿Por qué dios, más bien, no previno que personas inocentes fueran privadas ilegalmente de su libertad?

Dejarle todas esas secuelas a Pinchao y sus compañeros de cautiverio es simplemente atroz.

(vía Gilberto Núñez)

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