La versión conspiranóica de los Panamá Papers

El fin de semana pasado conocimos los Panamá Papers, la filtración de más de once millones de documentos de la firma legal panameña Mossack Fonseca que hizo el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ).

La filtración revela cómo personas adineradas y poderosas presuntamente usan paraísos fiscales para evadir impuestos y los nombres de los involucrados han ayudado a crear controversia. Parece que el bufete ayudó a sus clientes a lavar dinero y evadir impuestos creando sociedades fantasma o de papel en Panamá.

Sólo era cuestión de tiempo para que los conspiranóicos torcieran los hechos y se inventaran una narrativa de miedo — según la lunática versión de Alex Jones, la filtración es un arma usada contra los enemigos de las élites (?):

Además del ruso Vladimir Putin, la advenediza líder política francesa de "extrema derecha" Marine Le Pen ha sido víctima de las revelaciones selectivas de los Panamá Papers. El empresario británico Arron Banks, perfilado para reemplazar a Nigel Farage como el líder del Partido Independencia del Reino Unido [Ukip], también ha recibido críticas.

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Como han señalado Infowars y otros, los principales miembros de la élite política aún no se han implicado directamente en los mecanismos de evasión de impuestos, aunque ahora se están haciendo las conexiones.

Sé que tengo más probabilidad de éxito pidiéndole peras al olmo que pedirle a Jones que haga un reality check, pero es que su planteamiento es tan absurdo que no aguanta el más mínimo análisis.

Las filtraciones ya le costaron el puesto a Sigmundur Gunnlaugsson, primer ministro de Islandia; y han salpicado a políticos tradicionales y del establecimiento de todo el mundo como a Mauricio Macri, el secretario privado de Kirschner (Daniel Muñoz), el contratista de la mansión de Enrique Peña Nieto (Juan Armando Hinojosa) y Pilar de Borbón.

Que los políticos anti-establecimiento (o "enemigos de la élite") hagan lo mismo que los tradicionales y "de la élite" sólo significa que son políticos. Jones se marca una falacia tu quoque del tamaño de una supernova, pero eso no hace que Putin, Le Pen y Banks sean inocentes.

(imagen: ICIJ)

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Publicado en De Avanzada por David Osorio