En estos días el Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, hizo noticia al responderle a un reportero qué es la computación cuántica y en qué se diferencia de la computación común y corriente, cuando el periodista preguntó en broma, asumiendo que Trudeau no sabía.
Si fliparon con eso, esperen a esta noticia — el gobierno de Trudeau cerró la Oficina de Libertad Religiosa que su antecesor había instaurado hace tres años:
La Oficina de Libertad Religiosa de Canadá se cerró efectivamente el mes pasado después de que el nuevo gobierno progresista de ese país decidió no renovar el mandato de la oficina.
La oficina fue establecida en 2013 para promover y proteger los derechos humanos, incluida la libertad de religión o de culto, como una parte importante del liderazgo constructivo de Canadá en el mundo.
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El ministro de Asuntos Exteriores de Canadá, Stéphane Dion, confirmó el martes pasado en una conferencia de asuntos globales que la oficina había terminado según The Globe and Mail.
Durante un discurso en la Universidad de Ottawa una semana antes, él dijo que el nuevo gobierno estaría buscando abordar el tema de la libertad religiosa por otros medios.
Como ya hemos explicado, la única forma de proteger realmente la libertad de cultos es que la religión esté cobijada por las leyes y protecciones estándar que velan por la libertad de expresión — así como no hay Oficina de Libertad para Jugar Póker u Oficina de Libertad para Creer en Hadas —y cualquiera puede jugar póker y creer en hadas— tampoco se necesitan disposiciones especiales para proteger la libertad religiosa.
De hecho, por definición, la mejor receta para proteger la libertad (religiosa y de cualquier otro tipo) es que el Estado se inmiscuya lo menos posible. Este es un paso en la dirección correcta — ojalá la administración Trudeau siga caminando en este sentido.
(vía Friendly Atheist | imagen: Justin Trudeau)
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Publicado en De Avanzada por David Osorio
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