martes, 23 de agosto de 2011

La Religión Drogadicta al Yagé

Bueno, pues la respuesta es obvia: porque sin su adecuada dosificación, explicada por un doctor, podría conducir a que se contraigan enfermedades e incluso a la muerte de la persona.

Pues parece que los de El Tiempo encontraron a alguien que afirma que la ingestión de una droga depende del ambiente en que se haga. Por supuesto, esto tiene que ver con la superstición detrás de la toma de yagé:

Advierten sobre consecuencias de consumirlo sin precauciones médicas y fuera de su contexto.

Es la única droga de la que tengo conocimiento que tiene ciertos "contextos" en los que tomarla no es letal. Aunque claro que yo no llamo a eso conocimiento, sino simplemente afirmación gratuita.

Lo llaman el bejuco del alma, "el remedio que cura por dentro y por fuera".

Mejor dicho, acabemos con la medicina especializada. Con este brebaje que no ha superado pruebas de doble ciego y triple ciego se cura todo, hasta lo que no existe, como el alma (¿y qué enfermedades le dan al alma (?)?).

Pasaron en fila. Primero los hombres y después las mujeres, como es costumbre ("los ojos femeninos no deben estar al inicio porque el yagé es macho", dicen los chamanes).

Yo no me sorprendo de encontrar machismo y misoginia en una religión.

"La gente acude al yagé para conocerse a sí misma, para curar enfermedades, sanar males de amor... Cuando tienen reacciones fuertes es porque las personas llevan malos espíritus, y el yagé los quiere sacar"

A ver si entiendo: uno no se conoce a sí mismo (?) entonces va a tomar una droga que le deprime el sistema nervioso central y genera poderosas alucinaciones... ¡y con eso uno se llega a conocer a sí mismo! Para completar, ¡¡cura el mal de amor!! O sea que si alguien le ha generado a uno una impresión emocional, el yagé simplemente quitará eso, como si estuviera arrancando una curita Band Aid. Y por si fuera poco, reconoce qué personas cargan espíritus malos y qué personas cargan espíritus buenos. ¿Qué le hace a los que no llevamos espíritus? Ahh, sí, lo mismo que a todos los demás.

Pero hay una pregunta aún más importante: ¿con qué parámetros define qué es bueno y qué es malo la droga esa? ¿Considera que la homosexualidad es buena o mala? ¿Le parece que ser ateo es "tener espíritus malos" y a todos nos generará un bad trip? ¿Cree que el feminismo (decir que las mujeres no son inferiores a los hombres) es malo? ¿En qué se basa para afirmar eso?

Conocedor como pocos de la historia y usos del yagé, Weiskopf, quien hace años reside en Bogotá, afirma que esta bebida debe ser tratada con seriedad: "El yagé castiga los desequilibrios físicos y emocionales y genera un proceso de purga doloroso". No es para todos. Eso lo dicen hasta los propios taitas, muchos de ellos molestos con la popularidad que ha tomado su planta sagrada. Otros -hay que decirlo- han aprovechado su creciente popularidad para hacer un buen negocio.

Es que no hay nada que moleste más a un líder religioso que la competencia. Ahh, claro, y que sus mentiras sean expuestas.

Lo de castigar "los desequilibrios físicos y emocionales y" generar "un proceso de purga doloroso" me sonó a mí a pecado original. No sé, pero algo de lo que las religiones echan mano muy bien es del desprecio por el cuerpo y admiración por el plano espiritual, llevando a la platónica conclusión de que lo mundano es malo, malvado, maligno, pérfido, perverso, vil, maléfico, execrable, injusto, diabólico, condenable y por eso existen todo tipo de macabros procesos de dizque "purificación", que van desde el bautismo hasta la toma de yagé.

La ayahuasca es una mezcla de plantas cuyo principal componente es la Banisteriopsis caapi, una liana que contiene harmalina, sustancia inhibidora de enzimas cerebrales con efectos antidepresivos. La planta que se le combina puede variar según la región o la tradición de los taitas, aunque siempre buscan que contenga dimetiltriptalina, otra sustancia de alta potencia visionaria.
La suma produce efectos inmediatos en el sistema nervioso central.

Ahí está. En pocas palabras, las víctimas de esta religión drogadicta son reclutadas acudiendo a las más salvajes técnicas de embuste, como es drogar a alguien y manipular su cerebro. Pues, mis queridos adictos, lo siento, pero han sido vilmente engañados. Se están aprovechando de las funciones naturales de sus cuerpos, para apelar a sus emociones, decirles que están malditos por tener un envase material -prisión, que las personas cuerdas llamamos "cuerpo"- y que las cosas que su sistema nervioso central y demás partes del cerebro les están haciendo alucinar son reales -a pesar de que las visiones varían de víctima a víctima-.

¿Cuándo es peligroso el yagé? Díaz Mayorga responde que su peligrosidad depende directamente de las condiciones en que se tome e insiste en tres puntos para tener en cuenta. El primero, la persona debe saber qué busca yendo al ritual. "Estar informada, contar con referencias respecto a lo que va a encontrar"

Pues vaya. Ahora va a ser que la persona que no se conoce a sí misma, sí debe conocer lo que busca y esperar que su experiencia sea como la de las personas que ya han ido, a pesar de que cada viaje es completamente diferente.

La segunda condición es que exista un marco ritual: "El yagé no se puede tomar de cualquier manera. La toma tiene que estar liderada por un conocedor, un taita que sepa cantar, porque el canto en este ritual es lo más importante, es lo que conduce la toma".

¿Será que me permitirían llevar a Tim Minchin? Aunque no creo que él se preste para esta charlatanería de tiempo completo.

Pensar que uno se puede drogar y sin tener a un Luciano Pavarotti al lado para que lo guíe en la traba me genera escalofríos.

El tercer elemento de seguridad es la presencia en el ritual de alguien experto en traducir estos elementos propios indígenas a la mirada urbana. Puede ser un psicoterapeuta, por ejemplo, dice Díaz, alguien que tenga experiencia ante posibles casos de brotes psicóticos, para saber manejarlos.

Así que el supuesto remedio que todo lo cura, causa brotes psicóticos. Interesante. ¿Cómo hacen los indígenas que no cuentan con los occidentales metiches para manejar estos brotes? ¿Significa que el yagé los está castigando (?)? ¿Por qué hay que interrumpir el castigo del todopoderoso yagé? ¿No era eso el método de purificación?

En algo coinciden los taitas más tradicionales y los científicos más ortodoxos: al provocar estados alterados de la conciencia (similares a los del LSD), el yagé no es un juego. Entre los indígenas, el de mayor jerarquía es quien se encarga del manejo de esta planta, y solo suele emplearla en usos terapéuticos o en momentos de toma de decisiones importantes.

Vaya cápsula de "sabiduría": a la hora de tomar decisiones importantes, alteremos el estado de la conciencia. Seguro que "consultarlo con la almohada" no les genera el mismo número de seguidores, ni qué decir de promover una toma de decisiones racionales, basada en medir y cuantificar las consecuencias de las decisiones. No creo que ningún científico serio se aconseje que se altere el estado de la conciencia a la hora de tomar decisiones importantes.

Pero, ahora, muchos lo buscan como experiencia de fin de semana, sin tener en cuenta el listado de advertencias que atender para antes de su toma, que van desde una alimentación liviana durante la semana anterior hasta la abstinencia sexual.

Por supuesto. El acto sexual es el clímax de la existencia material y, cosa curiosa, una forma de asegurar la supervivencia de la especie -al menos a nivel instintivo- y de procrear vida. Es una de las tantas razones por las que las religiones han visto con mirada de reproche todo lo que sea el goce del cuerpo, como la satisfacción sexual y de las necesidades de comida y bebida. La abstinencia es una forma de poner el alma sobre el pecaminoso cuerpo. ¡Una completa aberración! Al respecto, siempre se pueden repasar las palabras del gran Michel Onfray en su libro Tratado de Ateología, que examina los casos del cristianismo, del judaísmo y del islam, pero cuyas reflexiones sirven para cualquier tipo de fascismo envuelto en superstición.

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